Hoy se ha iniciado una huelga en el Metro de Madrid. Han parado en hora punta, entre las 7:00 y las 9:00. Entre sus reivindicaciones, 180€ por paga, 2.520 € al año.
La Prensa lo destaca como una reivindicación excesiva. También la Comunidad de Madrid.
Comparando las cifras de incremento que solicitan con la morterada que se va a almorzar Caja Castilla La Mancha y con los sobresueldos de las personas del Parlamento que ejercen a tiempo parcial, no me parece excesivo.
Cuentan de
Leyre Pajín, esa joven senadora que ha ejercido cargos con anterioridad, que acumula dos sueldos en la actualidad. Quizás llegué incluso a tres en breve.
¡Cómo les cunde a estas personas el tiempo! Y además, consiguen conciliar lo laboral con lo privado.
250 diputados ocupan diversas posiciones en el sector semipúblico y en el privado. Consejeros a tiempo parcial, abogados, profesores, conferenciantes, contertulios, asesores.
Lo que piden los empleados del Metro, que es un lugar asqueroso para trabajar, que pierde viajeros por la i
ncomodidad y el mal rollo que genera estar bajo tierra, comparado con los despachos del Congreso y con las oficinas donde curran los poderosos, no es tanto dinero.
La habilidad que tienen
los que cortan el bacalao para enfrentarnos con los que trabajan de por vida por una mierda de salario es para hacérnoslo mirar. Deberíamos dejar de considerar la
huelga como un fastidio, sobre todo cuando los gobernantes andan cubriéndose las espaldas desde todos los ángulos. Porque al final, nos confudimos de bando y caemos en el temido Síndrome de Estocolmo: Defendemos a los que nos engañan, considerando que son uno de los nuestros. Pero eso no es verdad.
Etiquetas: dinero, huelga, metro, poderosos, salarios
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