10 de julio de 2009

Tinto de verano en el asilo


"No llego a verlo. Yo creia que en el asilo nos iban a dar de comer con Tinto de Verano. Pero seguimos con el agua del grifo. Que ya podía ser Solán de Cabras, por lo menos. O agua de Viladrau, con gas, bien fresquita. Por más que la solicitamos, siguen sin hacernos caso. Si total, esas empresas del agua estarían encantadas de contar con nuestra imagen -bueno, retocada por el Photoshop, que si no les vamos a crear mal rollo a los de mercadeo- para impulsar su imagen solidaria".
"Y mira que me ha gustado saber que andaba por Madrid la señora esa, de la onu o de la unicef, que luchan por la pobreza y eso. Si tuviera un telefonino, como que la había llamado y todo; seguro que nos conseguía unas botellicas de Solán de Cabras; y si la llego a telefonear, hasta que le saco tinto de verano de la casera, que ya viene mezclado y embotellado".

Algunas cosas apenan han cambiado, pese a las promesas, tras la crisis, de que las clases, todas las clases, iban a cambiar.

La comida en el asilo continúa con un aspecto mejorable, mientras quienes nos evangelizan sobre las necesidades de cambio mantienen privilegios que, cuando menos, permiten que el escepticismo no nos abandone.

La mayoría de nosotros optaríamos por quedarnos en casa antes que pasar una temporada en ese lugar, por bueno que sea para las autoridades, mientras que difícilmente podríamos decir que el hotel Puerta de las Américas en Madrid es un lugar poco atractivo para invertir unos días de trabajo o asueto en la ciudad.

Le vamos a proponer a los responsables del Centro de Dependientes de la foto que envíen a los internos, de vez en vez, a ese lugar, al hotel. Para hablar de las cosas que les gustaría mejorar. Al fin y al cabo, quien tiene el problema es quien está en condiciones de generar opciones para resolverlo, la mayoría de las veces.


Cualquiera de las dos fotos sería retirada de un concurso de arte. Aunque las dos reflejan alguna de las poliédricas caras de la realidad.

Una: la pobreza en su máxima expresión en el primer mundo; los asilos.

Dos: la lucha contra la pobreza, a partir de unos 3000 pavos al mes, libres de impuestos, 12000 pavos para cambiar de residencia, 3000 pavos anuales para el seguro médico y otras prebendas normales, por supuesto, que para luchar contra la pobreza no hay porque vivir como un rico.

Una de las plazas bacantes (con b, por lo de Baco): Practice Leader. Poverty Group.
Hay bastantes más, claro. Con tanto pobre por el mundo.