2 de febrero de 2007

Triste tigre el estrés.

Cuentan que los directivos siguen considerando al estrés como la principal causa de su desasosiego.

Así que hay negocio y en cantidad para el coaching ontológico y otras fórmulas de toma de conciencia.

El otro día disfruté de una conferencia en el Hotel Intercontinental, de la mano de los orientalistas de Augere y dirigida por Mike George. Un tipo excelente. Sabio y humilde, tirando a genial.

¡Por favor! No confundir con George Michael. Porque le puede subir la tensión si llega una carta de Hacienda notificándole sobre los emolumentos que recibe como cantante y lo que, en consecuencia, debe aportar a la Comunidad de la Corona de SM.

Leyendo a Sapolsky, nuevamente, caigo en la tentación de abandonar el libro por unos minutos y recapacitar sobre los estudios con monos. Mucho de lo que sabemos de psicología social proviene de ellos.

Citando los trabajos de Jay Kaplan menciona lo siguiente: Cuando se crea un nuevo grupo de monos en un Zoo, por ejemplo, genera inmediatamente una estructura jerárquica . Tarda apenas unos días en resolver las dudas sobre los niveles, quienes van a estar más arriba en la escala social y a reproducirse y disfrutar, quienes van a parar al fondo, que aún queda sitio.

Los individuos que acaban al final de la escalera de mando en el grupo lo pasan tan mal que al realizarles la autopsia, llegado el momento, muestran en su sistema circulatorio placas y más placas de ateroesclerosis. Ahí abajo se pasa realmente mal, muchacho, murmura el veterinario forense mientras realiza su trabajo.

Si eres una zoóloga o etóloga juguetona y decides ir cambiando a los líderes del grupo de monos de lugar, intercambiándolos con otros zoos, la autopsia mostrará placas y más placas en estos. En serio. Los primeros entre los monos, los líderes de cada grupo destrozados por ¡er mardito estrés!

Así que los líderes necesitan un entorno estable para desarrollar todo su potencial de mando, mientras que los monos subordinados tienen más oportunidades de llegar a disfrutar de una longeva y plácida vida cambiando de lugar. Mero cálculo de probabilidades. De ahí, sospecho, la rotación de los obreros y curritos, que no me paran 6 meses ni en el call centre, ni en la panadería ni en el carrefour.

O sea que los contratos temporales, desde este punto de vista científico, están muy bien diseñados; porque obligan a los operarios a buscarse las habichuelas de sitio en sitio. También a los pasantes, a los analistas, a los investigadores, a los dependientes, a todos los monos.

Y por el mismo razonamiento, que alguien dirija la empresa durante una eternidad, superados incluso los 70 años, como pasa con algunos presidentes (incluido Castro, sí; también Botín) es una garantía de estabilidad social. Ya comprendo el motivo por el que los jóvenes son reclamados para puestos de todo tipo a bajo salario y los mayores no lo son, salvo para puestos de Consejero en algún equipo de fútbol, eléctrica o papelera que cotice en Bolsa.

Para luchar contra el estrés. El suyo. Porque los jóvenes mantienen aún las arterias en perfecto estado. Aguantan lo que les echen. Como yo. Vuelvo a Sapolsky.

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3 Comments:

Blogger El Apestado said...

De acuerdo con todo esto, los que estamos desempleados no tenemos stress, sobre todo si somos monos.

10:03 p. m.  
Blogger Thalasos said...

Una conclusión extraordinaria.
Gracias por brindar con esa inteligencia. Que corra el champán.
saludos

10:14 p. m.  
Blogger chousas said...

Creía que las placas esas tenían que ver con una dieta basura desde el punto de vista lipídico-apolotronamientoenelsofa y no con el estrés... pero es bueno saber que no es así... me sentiré a gusto sedentarizándome un poco más :P

12:53 a. m.  

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