El cuento del marshmallow en la torre Sacyr
Basa el cuento -todo es un story-telling hoy día- en una antigua investigación de Stanford, en la que un científico loco les propuso a los hijos de sus colegas -críos con edad de comprender las instrucciones de un adulto- que esperaran hasta que el regresara a la habitación del experimento antes de comerse el algodón de azúcar -lo que en inglés se llama un marshmallow y aqui una nube, que antiguamente se hacía con malvavisco- que les había regalado a cada uno; si eran capaces de esperar sin comérselo, les regalaría otro.
Al regresar a la habitación, algunos se lo habían zampado, mientras que otros, con cara de circunstancias, comenzaron a sonreir, mientras recibían el segundo marshmallow. Unos años después, según los investigadores, los niños que habían esperado su retorno y recibido el segundo marshmallow habían obtenido más éxito social que quienes se lo habían comido nada más recibirlo.
Es como el cuento de la cigarra y la hormiga de Samaniego pero en versión Stanford. Ya sabéis, un año de curso 45.000 €, cama incluída. O 7.500 € por un seminario donde te explican las consecuencias del estudio para la fijación de los objetivos y el optimismo. O algo similar. Stanford sí que supone comerse una buena bolsa de malvaviscos dulces.

Aunque según dónde te informes, los salarios bailan más que los miembros de la familia de pulgas del perro del vecino.
¡Que venga aquí el que ha computado los Marshmallows! ¡Tú! Devuelve la nube, digo, bájate de ella...
Etiquetas: salario marshmallow thalasos opinion
2 Comments:
Eso suponiendo que todos los críos partan de la condición inicial, o que estén condicionados de la misma manera... Aquél que piense que le van a tangar y además de no tener otra nube le van a quitar la que tiene en las manos si se espera es muy fácil que no venga del mismo ambiente que el resto. Dígase de barrios donde el que no corre vuela...
Igual que los que construyen las torres no vienen del mismo punto inicial que los que después las ocupan.
Y con este análisis... Si echo mi Currículum en Stanford... ¿Me cogerán de profe? Ná, mejor me olvido, que no he comido marshmallows más que unas pocas veces en mi vida.
Tú, Chousas, puedes fundar un Stanford en Galicia, a poco que te lo propongas.
Gracias por mejorar la entrada.
Saludos
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