17 de mayo de 2007

Un chicle en el cerebro


Cuentan los hermanos Heath, Chip y Dan, que las ideas pegajosas, entre las que destacan las leyendas urbanas, tienen el efecto de perdurar, incluso a fuer de ser, objetivamente, falsas.

Y que todas ellas, desde la creencia en que la muralla china se ve desde el espacio, hasta que los hombres malos siempre llevan un saco a la espalda, cumplen algunos principios, 6 exactamente, de acuerdo a su hipótesis:

Simple, Sorprendente, Concreto, Creible, Emotivo y Narrativo.

Los mismos principios que permiten el triunfo de la película de Al Gore sobre el cataclismo climático que se puede avecinar, el triunfo de los MBA carísimos o la idea de que es bueno mantener los salarios bajos porque hay más de un ingreso por unidad familiar, a saber, madre curranta, padre mensajero y abuela pensionista.

Cuentan la historia de un científico que para hacer campaña en contra de las palomitas de maiz comercializadas en los cines, por la cantidad de colesterol que les añadía el aceite de palma, convocó una rueda de prensa delante de una mesa llena de hamburguesas y otras fritangas, afirmando que toda esa grasa visible sobre el "madero" también la contenía la bolsita de popcorns preparadas con el aceite de palma.

Las ideas pegajosas son visibles por todas partes. Las emplean los políticos, reiterando sus frases vacuas tres veces cuando hablan; los economistas, decidiendo cuándo debe cambiar el ciclo económico alcista o bajista para invertir sus dineros o recolectar beneficios; los escritores de best sellers, dándole a dios o al diablo según la temporada; los creadores de modelos de dirección de personas en las empresas, cambiando el discurso de la baja productividad y muchas horas de trabajo a la alta productividad con menos horas de trabajo; los gurús, decidiendo cuando hay que dirigir desde el corazón y cuándo desde la cabeza; y más. Cumplen muchas funciones.

Y les subyace una creencia:

Que los seres humanos preferimos estar informados a saber.

Igual es cierto. Pero se trata de una tomadura de pelo. Peinado y acabado con gomina de la pegajosa.

¿Tienes alguna idea pegajosa de tu cosecha, de tu experiencia, que contar?

¿Te gustan las ideas gominola?

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4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Somos carne de influencias. Me muero de la risa cuando se meten conmigo por no llevar "a la moda" ¿que es la moda? a mi plin la moda.

Pues lo mismo pasa para las ideas.

6:25 p. m.  
Blogger Thalasos said...

SIP, la moda es como la primavera de las mariposas. Todos los años "ye" lo mismo.
Aunque seguro que "out of fashion" la gente verá más fuerza en tu cara que en la de las fresitas del momento.
Recuerdo cómo la gente de Adidas lanzaba 6 colecciones de productos al año. Cada dos meses, en una titánica lucha con los yankis de nike por ver quien era más "insostenible".
Ahora, los de la firma americana se dedican a hacer zapatitos reciclables y a montar canchas de goma con las zapatillas recicladas.
A buenas horas.
Gracias por comentar.
Un beso

7:08 a. m.  
Blogger Charles de Batz said...

Quizá haya algo de ello en lo que se considera "políticamente correcto" y, sobre todo, en las consignas que recibimos de manera más o menos directa desde los medios.

Hace poco, por ejemplo, vi por la tv un anuncio en el que un post-adolescente nos decía poco más o menos que su novia era un cuerno hasta que la envió a la corporación dermoestética, creo. No daba crédito a lo que estaba viendo.

Hay también Marinas Dor que nos recuerdan a lo más siniestro del "American way of life" de los cincuenta. Se les ve muy felices. a ellos cultivando músculo en la piscina, a ellas sacando fuego a la tarjeta de crédito en las tiendas. Muy progresista y aleccionador. Muy fácil de asimilar.

Etc, etc, etc...

No, no me gustan las ideas gominola, aunque son tan fáciles de comer que no me siento libre de ese pecado... Eso sí, prefiero un buen chuletón, y eso creo que es más dificil de asimilar.

Salud

1:34 p. m.  
Blogger chousas said...

Y es que de la experiencia en esta vida (poca para unos, muchísima para mi ahijada de dos añitos), extraigo que Homo sapiens no es una especie social, sino gregaria (por borreguil).

Y que no es que el mundo esté mal repartido en esto de que hablas (que sí que lo está en otras cosas), sino que no se quiere hacer uso de eso que tenemos casi todos los mortales a este lado del embarcadero de Caronte: cerebro. Porque los que están al otro lado no... Y eso de que de lo que se come se cría no debe ser cierto, pues los gusanos tienen poquito cerebro. En fin, que me desvío:

Si es que Aristóteles debía tener un círculo de relaciones muy reducido para decir que el ser humano era el animal político... A la mayoría le gusta más ser engañado con bonitos cuentos, aunque sean conscientes del engaño, debe ser el doble pensar del Ingsoc (Orwell no era un genio de la inventiva por lo que se ve, solamente un buen observador).
Como esto siga así, dentro de un par de milenios en Ciencias Políticas estudiarán a la Caperucita Roja. Vistos los tiempos que corren me podría poner a jugar a los analistas, escribir un libro sobre el futuro dorado de Caperucita, y sentarme a ver cómo de grueses vienen las rentas xDD (sí, mi conocimiento del mercado editorial es nulo :P)

2:21 a. m.  

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