22 de octubre de 2005

Mi empresario no me mima

El trabajo duro lo están realizando ilegales, espaldas mojadas que se han trasladado desde otros estados. Ganaban poco más de 5$ la hora. En este trabajo, donde cargan neveras infectadas, detritos y otros enseres, donde reparan los tejados, donde quedan exhaustos tras 12 o 15 horas de esfuerzo, la paga se duplica.

Nueva Orleans se alivia gracias a su trabajo. Hasta 1.000$ a la semana si se esfuerzan lo suficiente. Quince horas al día, durante siete días a la semana, a razón de 10 pavos la hora. Esclavitud.

Para el profesor del iese, Pin Arboledas, el trabajo indefinido es “un matrimonio sin derecho a divorcio” para muchas empresas pequeñas. En un trabajo que publicó en junio en la revista HBR, señala que en nuestro estado apenas existe movilidad laboral. que las personas son reacias a trasladarse.

Salvo en la construcción –los obreros que salen a las cuatro y media de la mañana de su pequeña ciudad, trabajan su jornada de 10 horas en la capital y vuelven a sus casas bien entrada la noche- y en la hostelería. Ambos sectores afectados por el clima, otro tipo de temporalidad.

La gente quiere quedarse en su lugar de residencia, cerca de los suyos. Esto, unido al encarecimiento de la vivienda en las zonas donde mayor empleo se genera, produce una fuerte inmovilidad social. a lo que añade la falta de actualización de conocimientos de muchos trabajadores.

Para mi que la gente es sabia.

Si la comunidad de Madrid quiere llegar a los 8 millones de pops, de almas, cuando los expertos en urbanismo proponen núcleos urbanos mucho menores, para garantizar la sostenibilidad y el reciclado y los servicios, alguien se está limpiando el trasero con los proyectos de estos estudiosos.

Que la gente no quiera esclavizarse en un sitio infernal como esta ciudad es una muestra más de sabiduría popular.

Para el profesor, la temporalidad es un elemento que facilita la contratación, porque evita que el empresario se torture pensando en el coste de la indemnización por un futuro despido.

Si necesita mano de obra, la contrata, la paga y si cae la demanda, se deshace de ella.

Habla el profesor del contrato at will americano, por el que se despide sin problemas a cualquier persona y en cualquier momento.

También menciona a algunos colectivos profesionales que, debido a la naturaleza de su profesión, son temporales crónicos: actores, figurantes, algunos directivos especializados y... profesionales de los medios. Dice que es un modelo laboral que podría crecer en el futuro.

Seguramente el desarrollo de la marca personal lo permita. Pero yo pienso que esto es posible sólo para unos pocos. Aunque Andrés, el autor de la página, es muy optimista y quiere que todos tengamos nuestra propia marca. Dios le bendiga.

En nuestro estado, cerca del 34% de la población tiene un empleo temporal. Según el profesor, hasta un 10% de los contratos temporales se convierten en indefinidos.

Lo que el profesor no cuenta es que hay muchas empresas que están contratando por días efectivos de trabajo, que no respetan la jornada laboral, que dan de alta el lunes y de baja el viernes a sus empleados. Y que el trabajo que realizan no es temporal.

Lo que tampoco dice en su artículo es que hay grandes empresas que mantienen una estructura de trabajadores privilegiados, los antiguos, los pata negra, con todos los derechos y más, junto con las nuevas contrataciones, más baratas, sin antigüedad, con derechos reducidos frente a los de sus compañeros algo más canosos.

Empresas que contratan mano de obra durante 10 meses al año. Porque así no caen en la ilegalidad y pueden mantener trabajo temporal ficticio.

¿Es temporal la reconstrucción de Nueva Orleáns? Bueno, sí, llevará tiempo. No sé cuánto, pero se terminará algún día.

Decía Nino Olmeda, de Servimedia, en un programa de tv –no, en gh y ot no salen estas personas, sino en programas aburridos- que el hecho de que existan personas ganando 600 o 750€ al mes es lo que le parece bien al empresario.

Pero que el problema reside en que ese empresario nunca se establecería un salario similar para sí mismo.

Robert Castel, de la EAECS de París, es un individuo sabio, que defiende el mercado frente a las dictaduras, Pero también considera que el mercado como tal no equilibra el reparto de la riqueza. Y que los individuos tienen el derecho a la protección.

Sobre todo en una sociedad como ésta, donde una gran parte de la población se queda fuera del mercado de trabajo y que además son personas que no trabajarán jamás. Porque la sociedad ya no les necesita. No les han reciclado. Lo que saben hacer no nos interesa.

Pero lo que el empresario quiere hoy día en Europa, plena libertad de contratación y salarial exige que se piense “a sí mismo”, añade el sabio francés.

Porque si no es posible que exista una sociedad de iguales, al menos que lo sea de parecidos.

El empresario tendrá que ser más generoso en el salario, en el empleo, en las fórmulas de contratación.

Pienso que la indemnización no debería ser la excusa para esclavizar a tantos trabajadores.

Porque aquí también tenemos a nuestros espaldas mojadas. Que bajen las indemnizaciones.

Bueno, ya han bajado en varias ocasiones. Pero habrá que asegurarle algo a quien se queda en la calle. Un juzgado de Bilbao le ha concedido el 100% de pensión a un trabajador de 44 años que ha estado sometido a acoso en el trabajo durante más de dos décadas. Y además lo va a abonar la mutua. De por vida.

Asegurar la existencia digna de las personas quizás no sea una obligación de los empresarios.

Para eso ya están otras instituciones.

Ellos aprietan. Pero la mayoría es sabia. Aún nos queda Bilbao como ejemplo.