5 de mayo de 2006

Liderar, liberar y santa misa: preámbulo de Acuario


Era una de esas chicas que todo lo hace bien: Buenas notas, buena deportista, simpática, atractiva, de buena familia. Casi todas la admirábamos. Pocas de nosotras la queríamos; demasiado perfecta. Una auténtica líder, en palabras de sor Juana, la profesora de gimnasia y matemáticas.
Con el tiempo se casó con Pablo, uno de los guapos de la clase. ¡Qué bombón! Formaban una preciosa pareja.
Años después, hoy mismo, coincidimos en un programa de formación sobre liderazgo transformacional en las organizaciones.
Durante los descansos tuvimos oportunidad de hablar de nuestra vida y sobre todo de nuestro trabajo. Ella estaba empleada como Assisstant de un ejecutivo importante, su marido. Yo, bueno, yo soy funcionaria en Hacienda. Jefa de Negociado. Trabajo tres días en semana de 8 a 15h30’ y dos días amplío mi jornada hasta las 6. Tengo un grupo de subordinados de 12 personas, cada una de su padre y de su madre y procuro que todas sepan lo que hay que hacer. Esa es mi función. También resuelvo las dudas, porque ellas no saben de todo. ¡Ah! Y celebramos los cumpleaños, el amigo invisible, hacemos colectas para regalos, esas cosas.
-Y tú, ¿porqué has venido?
-A veces venimos a estos cursos para aprender a manejar a la gente. Es tan instructivo. ¿Tú?
-A mi me ha enviado mi jefe. Pero esta liturgia no va conmigo. Demasiada manipulación y muy poca transparencia.
-Me recuerdas a la misma persona del colegio. Tan sensata y calladita. No te imagino como jefa de tantas personas. ¡Y en un ministerio, menos!
-Tampoco es para tanto. Trato a la gente bien y ellos saben lo que hay que hacer. No son tontos. Ni tontas.

Al terminar el curso, me fui a casa. Me quité los zapatos, me serví una cerveza, encendí la televisión, me reí con los de cámara café y el di vueltas al problema del reparto de las vacaciones, porque dos de mis subordinadas tienen niños pequeños, por lo que Pablo, el cascarrabias tendrá que elegir otro período. Este año agosto está muy concurrido. Y la oficina agitada.

Definitivamente, este curso va a servir para poco. Hablan bien. Pero tan alto. Como si se digieran a dios, directamente. Como si los recursos fueran inagotables. Como si los biorritmos de las personas no cambiaran. Como si el trabajo fuera tan estimulante como unas bolas chinas. ¡Qué burrada he pensado! Yo creo que dirijo a mi gente con cierta soltura, aunque a veces no les entiendo, claro. Pero hacen su trabajo, son conscientes de por qué lo hacen y supongo que leen y están al día. Al menos sé que, a ver, sí cuatro están enganchados al cámara café, tres están estudiando para promocionarse al grupo C, bueno y luego está Mariam, la cerebrito. La que quiere ser empresaria en su pueblo.

No me ha servido de mucho este curso, la verdad. Aunque el ejercicio ese de tirarnos desde lo alto de la mesa y que nos recogieran los brazos de los demás ha sido divertido. Aunque con esta falda lo he pasado fatal, la verdad. ¡Anda! Pero si eso también lo hicieron en cámara café. Sí, ese capítulo estuvo divertido.

Es que el curso parecía una misa. Este señor, tan bien parecido, como el cura de Crevillente, con ese traje de botones en las mangas, seguro de una sastrería de Boss, las anécdotas que nos ha contado: Que si Gates, que si el fundador de Virgin, que si Tom Peters, que si somos naturaleza divina llena de posibilidades, que si la zona de confort –por cierto, que como no me planche algo antes de dormir, a ver qué me pongo mañana, que hay reunión por la campaña del IRPF-, que si el crecimiento personal.

Y luego durante la comida, ¡Resulta que es vegetariano! Y practica el Brama Kudari. Como el Deek Chopra. Otro Chrisnamurti celestial. Qué esfuerzo ejercer de pastor, digo de líder. Bueno, este es francés. Con el esfuerzo que me supone la gimnasia de mantenimiento ¿Cómo se llamaba? Bueno, lo tendré en la carpeta de los apuntes. ¡Qué sueño me está entrando! Me voy a planchar primero, me tomo un vaso de leche y a dormir. Mañana será otro día. Tanto liderazgo y tanto hinduismo me ha dado sueño.

2 Comments:

Blogger Lula Towanda said...

Divino de la muerte el post.
Un curso de generación de líderes como setas ¡que horror!
El único aliciente de estos cursos es que no trabajas, pero son tan burdas las manipulaciones y tan manidas las anécdotas que no se sabe si es mejor escuchar los chistes del jefe

11:14 p. m.  
Blogger Thalasos said...

Muchas gracias por alegrar el post con los chistes del jefe. Curioso que a falta de líderes interesantes hayamos de convencer al resto de la humanidad. Figura obsoleta la del líder. Aunque muchos no lo saben.

8:22 p. m.  

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