23 de octubre de 2005

Pablo: Have a nice day, Mom.


La cama, siempre la cama. El cerebro me va a explotar. Creo que ya ha amanecido, apenas una sensación. Oigo voces. Estoy en un gimnasio, me pregunto qué pasa, pero apenas un murmullo de voces y relatos mentales inconexos me sugieren que sueño.

-¡Levanta, vamos, que tenemos que hacer la cama!

Suena tan lejos que ni me animo a confirmar las voces.

-¡Salta! Venga, ahora con las manos en la espalda, un esfuerzo más. El combo esperma, abdominales y al alcanzar los noventa grados presionar por detrás con dos dedos contra los testículos: ¡Fuerte! ¡Más fuerte! Eso es. ¡No os siento llorar! Arriba, venga, acabaréis haciéndooslo encima…

-Cariño, ¿Estás bien? ¿Te traigo agua? El doctor ha dicho que tienes que beber.

-¡Mamá!

Sé que yo he pronunciado las últimas palabras.

Abuso de esa palabra en numerosas ocasiones: Mamá. Abro los ojos. Bocabajo, cubito prono dicen los analistas, siento una gran presión en la pelvis. Me estoy haciendo pis. Se mezclan las sensaciones, como en la piscina, no sabes si estás excitado o miccionando, todo al tiempo. La habitación es distinta. No la reconozco.

Una mujer vestida casi de enfermera descorre las cortinas. Digo casi, porque lleva unas medias blancas que le cubren un tanga de diseño, blanco adornado con ribetes color rojo vino.¿Y la falda?

-¡Gracias, Cecilia! Le vendrá muy bien en estas circunstancias. Tienes que venir a merendar a casa. Te presentaré a quien tu sabes. Verás.

-¡MAMÁ!

-Dime cariño. ¿Estás bien? ¿Te has despertado ya? Te he traído unas magdalenas valencianas, de las que te gustan. El señor de Bimbo, que amable, me las ha vendido justo antes de recoger las del día anterior en la cafetería del hospital, porque ¡Verás! Resulta que las recogen casi todos los días, bueno, antes eran todos los días, pero ahora hay mucha gente y entonces les echan unos polvos y aguantan un poco más, pero los polvos no se notan porque los hacen en Roche, que creo que es una ciudad, y que le añaden incluso antibióticos y así estamos todos muy sanos, bueno, menos tú, que por eso te las he comprado porque si tienen antibióticos serán beneficiosas y eso… Hace calor aquí, ¿No?

-¿Estoy en un hospital?

-¡Sí! Estás es un hospital. Bueno, en una casa de socorro. Es como un hospital, pero de mentira.

La voz de María, inconfundible, me provoca una parálisis. Siento el latigazo desde la vejiga hasta el ombligo, la erección y el dolor… de culo, todo al tiempo. No vislumbro a María desde aquí.

Yazco de espaldas, así que el giro de cuello me limita la visibilidad. Aún no me he convertido en una gallina completa. Todo se andará. Tengo el trasero al aire, eso lo sé, porque noto fríos los glúteos, noto el frío en los glúteos. Mi culo convertido en una exposición permanente, el segundo sótano del museo de arte moderno de madrid; para mi, para mis jamones.

-¡Ay!

Junto, disjunto, conjunto a la expresión, el azote en el culo.

-¡Qué pasa chaval!

...De mi futuro cuñado.

-¿Qué hago aquí?

-¡Verás, técnicamente, te has partido el culo! Oficialmente, no has superado el proceso de selección. Le he dado a tu madre el cheque de la mutua, que asciende a la jugosa suma de 47,81€. Los impuestos los pagarás tú.

Ten una hermana, admírala, discute, combate, sufre y disfruta, para que acabe encoñada con esto, mi cuñado. Cuantas palabras con Ñ. Tendrían que desaparecer. Y él junto a ellas. Palabras.

-¿Alguien puede explicarme qué hago aquí?

-Te has caído y te lo has partido. Han aprovechado para limpiarte la fístula. Ahora, técnicamente, dispones de tres sonrisas: la de la cara, la del culo y la de la cicatriz. Pero el trabajo es tuyo. Así que tranqui, chaval.

¿El trabajo? Ya me acuerdo. La casucha aquella, la madame, las pruebas, el psicólogo. Pero aún desconozco mi situación actual, qué hago exactamente aquí. Mejor expresado, porqué estoy aquí.

-¿Por qué estoy aquí?

-Por un accidente. ¡Ay mi niño! ¿Estás bien? Dímelo, que llevo media hora sin descansar.

Habla así mi abuela. Vestida con una blusa rosa estampada con motivos otoñales –una liebre, un tordo, una torcaz- a la que no le ha quitado la etiqueta, que asoma a la altura del segundo botón de la prenda- y varios faisanes de plumas parcheadas por lentejuelas; una falda emeritense de color cúrcuma, unas polainas holandesas, blanco unilever y zapatos martita. Poema de abuela.

-¡Abuela! ¿Dónde estabas?

Mamá se enfurruña. Malos llegan a ser los celos.

-Con Seras, de compras. He venido en cuanto me lo ha dicho mamá.

-Estás… No me da tiempo a mentir. Acaba de entrar la madame con una pareja de la benemérita, la guardia nacional hispana.

-¿Es usted… ?

-¡Sí, claro!

-¡No nos amilane, porque esa actitud repercutirá sobre nuestra buena voluntad, pudiendo causarle desperfectos irreparables, que de otra forma serán inevitables!

-Cabo, deje que hable yo, si me permite.

El más joven de los dos guardias decide tomar la batuta, ejercer un liderazgo que le aproxime a lo que en verdad la comunidad espera de ellos.

-¡Chaval! O me cuentas dónde están esos dos o te corro a hostias aquí, miserere, digo, miserable.

La formación de los adultos es difícil. Aunque yo conocía, de pequeño, a un par de canallas que en el cole estaban señalados como violentos. Van a ser estos. Los han arreglado. Del todo.

-¡Al niño, ni me lo tocas!

-¡Señora, que no me hago responsable!

Dos minutos después que le calzara una buena hostia mamá, el renacuajo yace sobre la tarima de la casa de socorro. El mayor –de edad- habla con mi abuela.

-¿Dónde ha comprado la falda? No, por mi señora. Por llevarle un recuerdo de aquí. Como somos de Fuensalida y salimos poco…

-¡Fuera todos! La sargento primero de enfermeros ha hablado, provocando un alud de cuerpos y mentes al abrir la puerta. Energía desaprovechada.

-Y tú, relájate…

-¿Una cuña, por favor?

-¿Conduces o disputas?

Qué cuñado más jilipoyas. Ni trabajando en publicidad daría tal respuesta. Me meo.

Personal
Humor
Thalasos

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2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me gusta volver y encontrarme con este humor...tan especial, lo he disfrutado y la imagen...que lo acompaña atrapo mi atención.

Bikos!

4:52 a. m.  
Blogger Thalasos said...

Hace algunos años estaban disponibles en la red todos los cuadros de Magritte.
Los herederos decidieron que ya estaba bien de regalos y los retiraron.

12:03 p. m.  

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