28 de diciembre de 2005

Norimaki en Alicante


Como un palimpsesto me devano entre las hebras del sueño. Alguien me ha tapado con una bata de mujer. Azul clarito, cielo niño.

Creo que no consumo ese color. Así que me lo dejaré puesto sobre los hombros y las piernas. Por salir de las rutinas mentales de a veces.

Sofá incómodo, pereza agradable. Merece la pena soportar la tortícolis en esta circunstancia. En esto debe consistir no hacer nada. La lectura pudo conmigo y el sopor post cocido ha hecho el resto. Un café después y dos charquitos de agua, uno en splash sobre la cara, otro sorbo a sorbo, acaban por despertarme. Se me presenta una tarde sin demandas, salvo la de:

-¿Me tiras la basura, por favor?

El autobús, al igual que en el de la mañana, me cambia de culturas con cada parada, cada estación, cada dársena-pérgola, cada hola y adiós. Los móviles escupen mil sonidos y sus propietarias mil lenguas, del árabe al castellano cálido del caribe, el seco dulce picante del Perú, el afrutado melaza y cardamomo de Ecuador, los gritos asustados del swahili, la risa contenida de la mahatma con lunar, la casada en el lenguaje de los signos sanscritos.

Más belleza que en un escaparate minimalista de Prada, aunque menos dinero en conjunto. El contenido de todos los bolsillos no serviría para adquirir el pequeño bolso que exhiben las marcas en cada uno de sus escaparates.

Las luces aprisionan a los viandantes. Su andar cansino es producto del efecto de los villancicos amontonados, corcheas en el aire asfixiando a una negra, una blanca, una semi. Nadie los prohibirá jamás, pese al anuncio reiterado y no aceptado de que dios a muerto y de que su amor por los hombres le había matado. Año tras año se les demuestra a los incrédulos que es falso, que la idea de destino y de universal manoseada por los fascios es superior a ellos, que existe y se demuestra diciembre tras diciembre, humano a humano.

El ciber está vació como un cajón de golosinas del que han huido los ratones. Apenas cuatro ratoncillos entre las máquinas de juego y las del juego. Todas son de juego.
En esta ciudad otra categoría de acontecimientos la hacen única también; parecida a otras costas, como afirma Medea, pero única en cualquier caso:

El bar del francés.

En cualquier barrio puedes preguntar por el bar del francés. En todos hay al menos uno. Te adoptarán como a un natural si preguntas por él:

-¿Dónde está el bar del francés?

Voy a tomarme unas cervezas, a telefonear a alguien, a adelantar a los transeúntes, evitando que me atrapen las luces.

Moth, polillas. Navidad. Como el cuento chino mencionado por ¿Merino? en uno de los suyos. La polilla que se soñó hombre que se soñó polilla.

Hoy he terminado Tokyo Blues, Norwegian Wood en su original, un homenaje a la canción de los Beatles. Espléndido Murakami. Traducido por una mujer. Ellas siempre escribieron. Las traductoras de los pensamientos varoniles que dominaron la tierra occidental después de las grandes guerras y entre ellas. El gran Meaulnes, que empezaré esta noche, traducido también por una mujer.

Watanabe, el protagonista del texto de Murakami, dice: En aquella casa, impregnada de su presencia, dormí profundamente exprimiendo gota a gota toda la fatiga acumulada en cada una de mis células. Soñé que era una mariposa danzando en la penumbra".

Me gustaría cenar en japonés hoy, día inocente. Rollos de arroz cubiertos de alga nori. Dentro del cilindro, cualquier cosa. Una polilla con sabor a dátil y pistacho. Por ejemplo.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Cuan provechoso es tu descanso!
Hoy día de los inexistentes dicho en japonés, es castellano es inocentes... ¿me ha parecido entender que cenas en japonés? ¿cómo piensas pedir ese rollo? pol favol, un lollo de polilla con sabol a dátil y pistacho... o quisiste decir en un restaurante japonés (es que si digo japonés igual pienso que lo harás encima de una persona de nacionalidad japonesa)
Peldón pol mi lollo, pelo hay días que hablo de demasiadas tontelías.

Pd: los perros del Curro no me dejan dormir (¡qué grosería!)

8:21 p. m.  
Blogger Thalasos said...

Al escribirlo pensaba en un restaurante. Al leerte, recuerdo que en una película hacían algo así, comer lo que habían dispuesto encima de un cuerpo humano en un restaurante japonés.
Pero ese no es mi rollo. Una mesa es una mesa y un humano un comensal. Un beso, noname.

2:36 p. m.  
Blogger chousas said...

Pues buen provecho, espero que hayas cenado bien, y que la conversación con la srta Yamabuki haya sido provechosa XD
Y dale recuerdos a Arale, que se la echa de menos joder...

Norimaki... jajaja

3:02 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Que post mas bonito y mas bien escrito, que te transpota con suma facilidad a ese lugar de costas parecidas a estas... Y encima salgo hasta yo, ahora me siento un poco menos intrascendente.

Gracias Thalas, mándame el sms y un boul con arroz tres delicias...

Feliz e inspirador año nuevo para ti también.

3:09 p. m.  

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