20 de mayo de 2006

¿No te habrás olvidado, verdad?


Se ha bebido cerca de 60.000 cocacolas, corre desde que se inició en el gateo y sabe que ese brebaje negridulzón desorina los clavos.

Cuando necesites reutilizar una alcayata adherida al taco, basta con sumergerla en el líquido cocalero, rezar un credo, ahora que han estrenado el código de un tal davinci en el cine y desprender el uno de la otra con unos alicates.

Metafora machi-hembrada. En el caso de las relaciones prematrimoniales, mamá-papá, producen el mismo efecto que los alicates. Abren la puerta del dormitorio al regresar del tostón-cine, sin avisar, y uno de ellos grita:

-¿Qué le estás haciendo a mi niño?

Desmachihembrados en el instante.

Eso, el instante. Muchas cocas para el jovenzuelo de 85 años que anuncia el producto. Un cabra loca de origen caucásico. Cabra, porque trota, salta y trepa como una de ellas. Loca, porque es un adjetivo iterativo -o no- que le va como anillo al dedo.

Otra metáfora. Y eso que no disfruto del film del viernes, aquel que transmitían con rayas codificadas.

He leído sobre el libro de Draaisma, ensayo sobre el tiempo, sobre la percepción del tiempo. Los recuerdos. El tiempo transcurre a gran velocidad en las personas a medida que cumplen años.

Ganan -ganamos- en experiencia y en vida interior. Como apenas existe el yo, la conciencia, en la bebenetud, el recuerdo inicia su instalación en la memoria alrededor de los tres años. Lo anterior, va a título de inventario denuestros mayores. Somos su mejor experiencia, así que les premiamos con nuestros recuerdos. Que se los queden ellos. Les hacen falta.

El tiempo interno es mucho más rico, más lento. Pero el tiempo exterior parece evaporarse. Los días duran poco. Muy poco. Las semanas vuelan. La hipótesis del autor es que al haber vivido las mismas experiencias una y otra vez, nuestra memoria deja de interesarse por ellas. Desaparecen, amontonadas. Otro madrugón, otro vuelo, otra tortilla con pimientos en el mismo bar, otra cocacola.

La chica del metro es la que ves desde hace una eternidad. El taquillero, salvo en vacaciones, que es sustituido por la chica de la estación de Portazgo -es un decir, claro- visto y revisto en 255 ocasiones a lo largo del año -cuatro viajes al día, pero el trabaja a turnos, así que, afortunadamente hay cierta variedad en nuestra vida de viajeros urbanos, sólo nos encontramos en la mitad de las ocasiones-.

Así que por ello, por el aburrimiento, por la reiteración, el tiempo se escapa entre las falanges, las membranas interdedos. Igual si nos las fundimos en un horno, en una sindactilia provocada consigamos que no se nos escape entre ellos. ¿Qué? El tiempo.

Por lo cual nos sorprendemos mucha veces, con un ataque de eritofobia -nos ponemos rojos cual tomates- siempre que él o ella -sean quienes sean- dice:

-¿Te acuerdas del día en que a tu padre le dió por comprarse la camiseta de Ibiza?
-¡No me lo recuerdes! Todavía me estoy riendo. Qué verguenza que pasó mi madre. Tuvimos que quitarle el paraguas de la mano antes de que se lo estampara sobre la testa.
- Qué extraño.
-¿Qué?
-Que recuerdes que tu madre llevaba un paraguas.
-¿Porqué?
-Porque la camiseta se la puso en plena calle. Así que debió ocurrir en verano. O en primavera.
-¡Qué va! Mi madre tenía un paraguas. Uno de esos graades y negros, como de cura. Lo recuerdo como si hubiera ocurrido esta mañana.
-Bueno. Pero te recuerdo que la camiseta era de manga corta, así que fue en verano. Además que no la pagó él, sino tu tío Regino.
-¡Pero qué dices! Mi tío Regino no estuvo presente ese día. Yo creo que se la compró Ernesto.
-Bueno, es igual. Dios, fue gracioso. Se vistió con ella en medio de la calle. Con esa barriga peluda al aire y una sonrisa simiesca, haciendo gorgoritos como si cantara el cara diva o algún otra aria.
-¿Mi padre cantando? Eso sí que no me lo creo. Yo creo que estás mezclando las anécdotas. Por cierto, Casta Diva, no cara diva.
-Es posible. Hace ya tanto tiempo.
-Sí, por lo menos 10 años.
-¡Qué va! Si esto fue el año pasado.
-¿Seguro?
-Hombre, pues claro.
-¿Y tu cómo lo sabes con tanta certeza?
-Porque tu padre echó a correr, con la barriga al aire y poniendo acento ruso. Como el actor mayor del anuncio de cocacola.
-¡Es verdad! Pues yo le echaba más tiempo.
-Es que el tiempo transcurre tan lento aquí dentro.
-Aquí, ¿donde?
-Aquí, en la pantalla.
-Anda. Pues es verdad. Que somos dos ideas expresadas en la pantalla.
-Asi que para nosotras el tiempo es una variable interpuesta por el que escribe, nos escribe.
-Así que nosotras no tenemos memoria.
-Bueno, no en el sentido en que la tienen los humanos.
-ZZZZZZZZZZZZZ

Así que por eso buscamos nuevas fuentes de estimulación, para encontrar acontecimientos únicos que se fijen en la memoria. nos ayuden a individualizar los días, argumentos para evitar la respuesta:

-¿Qué has hecho este fin de semana?

-Lo de siempre.

-Mañana me voy al Rastro. Ahora me voy a mirar el rabo, no vaya a ser que se me queme.

-¡Guarro!

-Que estoy guisando un rabo de toro, de esos.

-¡Ah!

-¿Sabes una cosa?

-Dime.

-No me acordaba de la receta. Así que me he inventado una nueva.

-¿Y qué tal?

-Huele que alimenta.

-Pues anótala.

-Eso voy a hacer. ¿Has visto tú mi libreta de recetas? Es que no recuerdo dónde la dejé...



12 de mayo de 2006

Negocio: Negación del ocio. La pirámide de sellos.


El Norton Antivirus, el retardador de sistemas por excelencia, el mayor negocio piramidal del mundo, mayor que Afinsa y el Foro Filatélico al tiempo, acaba de advertirme:

Renueve su suscripción.

Como Afinsa y Forum a sus acólitos:

Renueven su suscripción.

Da que pensar. El modelo de sistemas surge de la biología, porque ninguna ciencia de las denominadas sociales podía ni siquiera soñar con él. Somos hormigas. Gregarias.

La ciencia de base lanzó las leyes de la termodinámica.

La biología la teoría de sistemas. Von Bertalanfy. ¡Ay! Qué pesado estoy. Más que un sello de 20 duros.

Chousas sí que sabe de esto.

El hormiguero, acelerado por el calendario Zaragozano y su precisión permanente, acumula provisiones para la nueva generación que se aglutina allá al fondo. Ya sean genes, cristales, estrellas o pensionistas con una ristra de 40.000 sellos raros rarísimos... cada ristra.

Que van a cobrar la nada despreciable cifra de un 6% anual. Mágico número.

Se lo cuenta a uno, que hace su inversión, que se lo cuenta a otro... Bueno, 25 años de negocio está muy bien. Lástima que quieran cobrar todos al mismo tiempo. Una inversión exclusiva, para gente con una edad media de ... Muy alta. No se puede pagar a tanta gente al mismo tiempo. Se jodió el sistema. Es como si todos los del Estado nación tuvieran que cobrar la pensión al mismo tiempo, como si Hacienda tuviera que esperar a las liquidaciones de impuestos para pagar sus salarios, como si una aseguradora hubiera de pagar siniestro total a todos los afiliados cada fin de mes.

La generación del baby boom va a dar muchos problemas. En la próxima década. Bueno, el Estado se puede entrampar hasta las cejas, mientras haya ciudadanos. De hecho ya lo está. Este y todos los del mundo. Menos mal que lo de la economía es un invento humano. Se puede corregir a nuestro antojo. No como el cosmos. ¡Maldita sea!

Al observar esas conductas, las del hormiguero, las de las estrellas, los científicos sociales adelantaron y mucho. Una generación soportará a la siguiente. Y dos de ellas, trabajando al unísono. soportarán el presente y el futuro.

De ahí a promulgar principios como la confianza, el cálculo del riesgo y el respeto de la propiedad ajena:

-¡Que no es para mi! Que es para mis hijos.

El Estado, la banca, los seguros, la distribución, la enseñanza, la inversión en carreteras... Todo es piramidal. Todo se basa en la confianza.

Pero si la pirámide se hace enorme por arriba, la base no lo sustenta todo.

Las respuestas de los damnificados son excelentes. Las mismas que da cualquier gen egoista en apuros. Se sacrifica, hasta que no queda quien le cubra la retaguardia. Morimos si hay alguien detrás, que nos empuje al abismo. De lo contrario, retrocedemos en la batalla, pugnamos por abrir un hueco entre las trincheras y volver a casa. Sobre todo cuando es seguro que la batalla está perdida. Entonces, se tira de la manta y se le reclama al Estado.

Papá Estado. ¿Porqué se le llama papá si en realidad, por su conducta, es mamá?

Al final, mamá Estado, el mayor negocio piramidal del mundo y el más limpio, pagará a todos y cada uno de los pequeños genes egoistas que poblamos la galaxia. Acudiendo a una estructura piramidal basada en la confianza.

La que tenemos todos en todos. Mayormente.

5 de mayo de 2006

Liderar, liberar y santa misa: preámbulo de Acuario


Era una de esas chicas que todo lo hace bien: Buenas notas, buena deportista, simpática, atractiva, de buena familia. Casi todas la admirábamos. Pocas de nosotras la queríamos; demasiado perfecta. Una auténtica líder, en palabras de sor Juana, la profesora de gimnasia y matemáticas.
Con el tiempo se casó con Pablo, uno de los guapos de la clase. ¡Qué bombón! Formaban una preciosa pareja.
Años después, hoy mismo, coincidimos en un programa de formación sobre liderazgo transformacional en las organizaciones.
Durante los descansos tuvimos oportunidad de hablar de nuestra vida y sobre todo de nuestro trabajo. Ella estaba empleada como Assisstant de un ejecutivo importante, su marido. Yo, bueno, yo soy funcionaria en Hacienda. Jefa de Negociado. Trabajo tres días en semana de 8 a 15h30’ y dos días amplío mi jornada hasta las 6. Tengo un grupo de subordinados de 12 personas, cada una de su padre y de su madre y procuro que todas sepan lo que hay que hacer. Esa es mi función. También resuelvo las dudas, porque ellas no saben de todo. ¡Ah! Y celebramos los cumpleaños, el amigo invisible, hacemos colectas para regalos, esas cosas.
-Y tú, ¿porqué has venido?
-A veces venimos a estos cursos para aprender a manejar a la gente. Es tan instructivo. ¿Tú?
-A mi me ha enviado mi jefe. Pero esta liturgia no va conmigo. Demasiada manipulación y muy poca transparencia.
-Me recuerdas a la misma persona del colegio. Tan sensata y calladita. No te imagino como jefa de tantas personas. ¡Y en un ministerio, menos!
-Tampoco es para tanto. Trato a la gente bien y ellos saben lo que hay que hacer. No son tontos. Ni tontas.

Al terminar el curso, me fui a casa. Me quité los zapatos, me serví una cerveza, encendí la televisión, me reí con los de cámara café y el di vueltas al problema del reparto de las vacaciones, porque dos de mis subordinadas tienen niños pequeños, por lo que Pablo, el cascarrabias tendrá que elegir otro período. Este año agosto está muy concurrido. Y la oficina agitada.

Definitivamente, este curso va a servir para poco. Hablan bien. Pero tan alto. Como si se digieran a dios, directamente. Como si los recursos fueran inagotables. Como si los biorritmos de las personas no cambiaran. Como si el trabajo fuera tan estimulante como unas bolas chinas. ¡Qué burrada he pensado! Yo creo que dirijo a mi gente con cierta soltura, aunque a veces no les entiendo, claro. Pero hacen su trabajo, son conscientes de por qué lo hacen y supongo que leen y están al día. Al menos sé que, a ver, sí cuatro están enganchados al cámara café, tres están estudiando para promocionarse al grupo C, bueno y luego está Mariam, la cerebrito. La que quiere ser empresaria en su pueblo.

No me ha servido de mucho este curso, la verdad. Aunque el ejercicio ese de tirarnos desde lo alto de la mesa y que nos recogieran los brazos de los demás ha sido divertido. Aunque con esta falda lo he pasado fatal, la verdad. ¡Anda! Pero si eso también lo hicieron en cámara café. Sí, ese capítulo estuvo divertido.

Es que el curso parecía una misa. Este señor, tan bien parecido, como el cura de Crevillente, con ese traje de botones en las mangas, seguro de una sastrería de Boss, las anécdotas que nos ha contado: Que si Gates, que si el fundador de Virgin, que si Tom Peters, que si somos naturaleza divina llena de posibilidades, que si la zona de confort –por cierto, que como no me planche algo antes de dormir, a ver qué me pongo mañana, que hay reunión por la campaña del IRPF-, que si el crecimiento personal.

Y luego durante la comida, ¡Resulta que es vegetariano! Y practica el Brama Kudari. Como el Deek Chopra. Otro Chrisnamurti celestial. Qué esfuerzo ejercer de pastor, digo de líder. Bueno, este es francés. Con el esfuerzo que me supone la gimnasia de mantenimiento ¿Cómo se llamaba? Bueno, lo tendré en la carpeta de los apuntes. ¡Qué sueño me está entrando! Me voy a planchar primero, me tomo un vaso de leche y a dormir. Mañana será otro día. Tanto liderazgo y tanto hinduismo me ha dado sueño.