26 de enero de 2007

Esto no es pan amb tomaca pa amb tomaquet

Respondiendo al comentario que me han dejado en un post anterior, sobre recetas y chistes, que resultó ser spam (¡mira de donde viene al inspirción a veces!), invierto una horita de mi tiempo en esta receta mundial. Pan amb tomaca. Que la disfrutes.

1. Aprovechando las rebaixas, adquiera un Combi, una de esas neveras "nooormes" que facilitan la conservación de comestibles vegetales, animales y de origen desconocido.

2. Persuada a la vendedora para que se la transporten hasta su domicilio aunque estén en rebajas. Si no es de los afortunados que poseen uno, convenza a sus padres, hermanos, jefe en la subcontrata que o tomador de riesgos que conozca (¿quién conoce a un tomador de riesgos?), para instalarla en la vivienda de alguno de los anteriores. Los metros inútiles de pasillo le servirán.

3. Acérquese a una entidad financiera y obtenga un CrediFácil al 29%, "ma o meno".

4. Aproveche el lunes que tenga libre tras el fin de semana trabajando en las cocheras de mantenimiento del metropolitano, en el restaurante de su tío, en la puerta de la hermita -en calidad de pobre con plaza fija-, donde sea pretermileurista y adquiera unos tomates de excelente y madura presencia en el mercado de La Boquería.

5. Deje de insistir en el puesto de frutas y verduras, haga caso al vendedor y cambie de acera. Diríjase al área de pernil y adquiera 17 gramos de jamón extra morrocotudo marca "cuatro bellotas y un fandango", a *********** euros PVP, al corte. Si le han pesado unos gramos de más, no se deprima. Pida que se los guarden hasta la hora de la comida.

6. Camine deprisa hasta la oficina de Credifácil y amplíe el crédito. No olvide cambiar el plazo de amortización.

7. Vuelva a La Boquería. Pague el jamón, salga de allí y vuelva al barrio en el autobús municipal. O en el comunitario. La propiedad pública cambia tan deprisa de manos, que ya no lo sé.

8. Al llegar al domicilio donde tenga el frigorífico combi, deposite en el cajón de las verduras los tomates. Haga tiempo, hablando con su benefactor, el que le ha dejado el piso para el frigorífico, de las bondades del mismo, que no hace escarcha, que consume menos electricidad que el marcapasos del abuelo, que se cierra sólo, que le avisa cuando los yogures se han pasado de su ciclo natural de existencia...

9. Ponga a trabajar a su amígdala cerebral e irrítese una miaja por su lapsus de memoria. Aproveche, entre la confusión de emociones que afloran en su cabeza y preguntele al contertulio: ¿Tienes pan de hogaza? ¿Aceite? ¿Un ajo?

10. Dibuje un pequeño esquema para la toma de decisiones y resuelva la situación. Utilice sus conocimientos de ESO /EGB inacabada o busque en el ordenador de su buen samaritano el sistema toma de decisiones de Kepner-Tregoe. Teclee en el buscador. Otros sistemas también sirven, pero corre el riesgo de que durante la búsqueda los tomates se enfríen demasiado y arruinen la receta.

11. Localizados los ingredientes ausentes, pasemos al recuento: Jamón o pernil de buena calidad, tomates maduros y fresquitos, pan de tosta, ajo y aceite de oliva de Lleida. Todo OK.

Receta del Pan amb tomaca Pa amb Tomaquet:


- Limpie los tomates. Debajo del grifo no, animal, con un frutero de dos litros de capacidad será suficiente. El agua podrá aprovecharla con posterioridad para regar las plantas,fregar el suelo o baldear la acera.

- Séquese las manos, si pretende pelar los ajos.

- Pele el ajo y córtelo por el eje central, en un corte sagital. Con un corte y un sólo ajo diseccionado será suficiente

- Saque el pernil de su envoltorio y separe los 17 gramos cortados en lonchas, con una pinza de depilar cejas.

- Busque el tostador. Enchúfelo.

- Corte rebanadas de pan. Esa, tan gorda, no va a entrar por la boca del tostador. Corte otra. Esa está bien. Sea optimista, pero tenga en cuenta la cantidad de jamón. Deje que su cerebro calcule en metros cuadrados de superficie. Lo hace muy bien en modo automático. En serio.

- Tueste el pan. Aproveche este tiempo para separar el plástico del papel donde le han envuelto los ingredientes y reciclar la basura no orgánica. Gaia se lo agradece.

- Ahora, a comer:

-Una vez se haya quemado los dedos con la tostada, recójala del suelo, coloquela sobre un plato, meta los dedos en el agua fría del frutero de lavar los tomates y séqueselos después.

- Unte la rebanada con ajo. No frote demasiado o la miga se desprenderá de la corteza -qué gore suena esto-.

- Rocíe de aceite con generosidad. Es el de su samaritano. No ceda al sentimiento de culpa. Un poquito más. Así.

- Frote medio tomate sobre la tostada, comenzando por el extemo más alejado a su mano, de fuera adentro si no quiere darle la razón a Peter y que la tostada acabe en el suelo por el lado del aceite. Use el otro medio tomate, para acabar de pintar de rojo la tostada. Dese prisa; si el pan se enfría, la receta pierde mucho.

- Extienda el jamón sobre la untuosa rebanada.

- Buen provecho.

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23 de enero de 2007

Confieso 5 cosas y ni una más.


El fenómeno meme recorre la Web periódicamente, con la regularidad que hasta hace bien poco mantenían las cuatro estaciones del año. El meme les sobrevivirá. No doubt, my friends.

Meme suena a memez, como la que refleja la foto: Un frasco de 750ml de Nivea Body Milk sobre una cinta de la T4 de Barajas. 3,25€ el frasco. 45.000 € dedicados en transporte, seguridad, mantenimiento del sistema, electricidad y limpieza posterior.

En este último meme, he de transferir a mi audiencia -"eso es ridículo, primo Larry. Tu no dispones de audiencia"; acaso unos amigos que te adecentan la page con infrecuentes y dolorosas visitas".

¡Basta, basta! Gracias.

Como iba diciendo, tengo que declarar 5 aspectos desconocidos.

Busca, busca, vamos, busca, busca.

- Soy lesbiano. En el sentido más profundo del término. Prefiero una mujer a un hombre para realizar cualquier cosa juntos. ¡Cualquiera! Como nací en un mundo de mujeres, como he vivido con 7 de ellas en la misma casa, como mis apellidos coinciden con los de mi progenitora... Lesbiano total.

- Soy tímido. He realizado, como ponente, unos 100 cursos de formación, unas 100 presentaciones de proyectos y ofertas, unas 200 entrevistas como candidato, unas 3.000 como seleccionador. Lo siento. Busco el gen original, para darle con la escoba, pero a veces se me escapa. Gen eterno, como las sardinas en lata. No caduca, el cabrito.

- Soy comunista, bueno, soy social. Un socialista utópico reconvertido a las formas que impone el modelo vigente. Pienso que la primera preocupación que debe tener un gobernante es la salud de sus gobernados. Salud física, salud económica y salud mental. Y por ese orden, porque unas llevan a otras. La salud ideologica, -que es por la que luchan exclusivamente-, se la da la apertura y la confrontación de ideas, sin contradicciones de fondo. Un ejemplo de contradicción del poder ejecutivo: Un gobierno que advierte del tabaco y del alcohol, mientras cobra directamente de ello y basa su economía en los ingresos producidos por el ocio-turismo, para mi, está en una contradicción visible

-Soy canoso. Hoy día, fruto de la edad -esa es la quinta, ¡bribones!-, antes, a partir de los 7 años, fruto de una avitaminosis, según el médico de familia, o del segundo gen que no he conseguido atrapar a garrotazos-escobazos, según las últimas estimaciones.

-Tengo 47 y una salud normal, la que me permite mantener el sistema de seguridad privada. Porque en la otra, te puedes "modir" mientras esperas. De hecho, mi última operación, hace mil años de ello, la pagué con un crédito al consumo y al 17%.

No le paso el meme a "naide", porque me he apuntado directamente a la convocatoria. Haz lo mismo. ¿No?

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16 de enero de 2007

857, nuevo número de la bestia


Decían en la prensa que los chicos envidian lo que ganan sus hermanos mayores, que ellos ahora no llegan a los 1.000, el número mágico. Ahora el número es el ochossientos y pico. Bueno, en las floristerías de Barna, la ciudad más cara de este país de Forges, ganan menos... que el smi, el salario mínimo mínimo profesionasss.
El artículo lo difundían en el Pais semanal, uno de los medios del Grupo Prisa donde les pagan a algunos de sus contratados jóvenes menos de los mil añorados euros. ¡Qué sarcasmo de artículo! ¿Cuánto ganará el escritor /autor? Igual anda por ahí por ahí.
Los grandes negociadores, cuando llega el momento del reparto, pegan con el hacha sobre la mesa. Así rebajan las expectativas del otro hasta extremos inimaginables. Así recuperan la ventaja, que por ota parte nunca perdieron. Porque no había nada que negociar.
Ejemplo:
- Pues te he hecho llamar [piltrafilla] porque hay un puesto de trabajo en [elija una ciudad que no le interese nada, nada, nada] con horario flexible y ganando lo mismo que aquí ganabas [ahora piense: ¡Ah, qué tiempos, cuando estaba aquí]. Pero he hablado con [alguien muuuu importante] y me ha dicho que haremos [esta se la apunta él mismo; la culpa es del otro, claro] lo imposible porque te quedes... aunque cambiando un poquito las condiciones que tenías. Claro que allí y con ese sueldo perderías incluso más [Genial. ¿Lo ha podido ver? Ahora es cuando el entrevistado, respirando más tranquilo, se sube los pantalones y descansa].

El metro en las mañanas da claves de lo que le preocupa a la gente.
Sobre todo si corre el aire entre los transportados, si pueden hablar a sus anchas.

- ¿Te has tomado un moscoso?- Sí, el viernes. Es que me quedaban algunos. ¿Tú?- Sí. Cogí el 3 y el 4 y luego hasta el 9.- Lo mejor. Es que así la semana se hace más corta.

-Tú ve, macho. Le dices que sí y luego le denuncias. Que le metan un paquete que le jodan pero bien.
- Pero es que ya no puedo. Me lo ha dicho tantas veces. Y es que no hay nada, siempre me hace lo mismo.
-Lo que no puede ser es que a tiempo parcial te pases el día ahí. Tú dile que sí. Luego te vas y le denuncias. Además que con tus antecedentes vas al médico y seguro que te dice que no puedes levantar peso.
- Y ni Recoletos ni el Grupo Prisa. Que te abren el cajón y te enseñan un montón de CV's y te dicen:
-Mira lo que hay, así que...
-Que a un colega, cuando vuelve de vacaciones le dicen: "¿Tú dónde vas? Ya no trabajas aquí". Y es que son 857 pavos, que lo haces por vocación casi...
Como el seleccionador de la imagen de más arriba, un anuncio con fecha del día 14. Por vocación. Aunque con ese salario, no creo que te quiera ofrecer nada bueno. Eres la causa de sus desdichas, porque pides gaanr más que él.
Perdón, ella.
Súbete los pantalones ya.

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6 de enero de 2007

Aromas de seconlife





Hacía poco, muy poco. Había poco, nada. Ruido. Hacían poco, muy poco. O había poco. Quizás esperaba más. Por la época. Invierno. Reyes. Poco. Muy poco. Una ambulancia y otra que llega al unísono. Sobran bastiones en vacaciones.

- ¡Eh! ¡Eh!

Sí, le había visto. Y qué. Veo a miles cambiando de acera, cercando la muralla, molestando. Son reales y dan canguelo.

- Hola. ¿En qué puedo ayudarte?
Aprendo de todo y de todos, como un cachorro, pero más, uno de asfalto. Espabilao.

- ¿Tienes para un café? ¿Un bocadillo? ¿Puedo hacerte una pregunta?

- ¡Tú dirás!

- ¿Qué es esto? ¡No, no! ¡Esto!

Grande, sucio, áspero, atractivo, inteligente y cargado de humildad para el momento. A lo sumo, 35. Pero, who knows. La barba dice tan poco y tanto al tiempo, que es una señal ambivalente.

- El periódico.

- ¡No, hombre! Eso, ya lo sé. ¡Quieto, Puskas! Digo, de esto, lo que dice de seconlife. Que, qué es.

Miro primero a Puskas, un mofletes de 22 kgs, en los tiempos del Panter, 12 en los de domaño, perro bravo o valentón, callejero, hubiera sido su escudero, salvo a la hora de montar. También ahí, claro. Bobada. Da miedo el gachó. Uno igual acabó con la vida de otro más mayor. Hace unos años. Pocos. Cosas de transeúntes. De perros transeúntes, no, de humanos transeúntes.

Víspera de Reyes Magos.

-¿Y tú sabes cómo llegar hasta allí?

- Creo que puedo llegar. Pero hace falta un carnet, tarjeta de crédito, unos datos, en fin, que para llegar hay que tener un punto de partida.

-Ya, ya. ¡Quieto Panter! ¿Me pagas un café?

Me asusté del cambio de nombre. Porque al Panther si le conocí, pero al Puskas no. También, porqué no confesar, que un café hoy, no se toma con cualquiera, ni secondlife, ni alforjas pretas.

Como si leyera mi pensamiento, leyéndolo, saltó el fulano:

-Es un poco más caro, pero no está malo y nos lo dan en plástico. Aquí en el estardurs café. Son amigos míos. En los del barrio no me dejan entrar. Ya me conocen. Pero aquí, como cambian tanto de personal, no hay problema. Soy su obra buena del día. Poca carga.

Camino detrás de Porky, o de puskas y del flautista, porque asoma una, del bolsillo de su abrigo robado-donado, con la impresión de llegar tarde a algún sitio.

Entramos en un gimgle dingle cafe, donde los parroquianos nos miran con error. Porque se les ambliopían los ojos. Decido salir. Puskas, digo, el dueño de panter viene y me conmueve.

-Dame 5.

-Vale.

Minutos después sale con dos aspirinas, una botella de licor 43 y dos cafés en corcho protege no se qué. Me lo da todo.

-Las aspirinas me han costado a 25 céntimos. vaya rollo. Pero son individuales. ¿Me das otros 5?

Son 7,70 con el iva ese. Mira, con funda inescrutable. Mola.

Panther, puskas o como se llame, se tumba nada más salir del starbuck. Me acuerdo de cuando las aspirinas, en los bares, eran gratis, un favor de uno para uno.

- Dime, ¿Cómo se llega hasta alli? Al , ¿cómo es? Si. Segunda vida.

Nos encaminamos, sorbiendo el café vietnamita vendido a precio de java y comprado a precio etíope hasta el ciber americano teléfono. Le doy 10 y me vuelvo hacia la tienda de roscones de reyes. Se ha hecho tarde.

Un millón cuatro cientos mil aporrean la puerta del establecimiento. Si fueran patatas, lay, si fuera cierto el mito, un trailer con roscones bordearía la acera, aparcaría en zona correspondiente, pagaria en monedas de curso legal el parquímetro y depositaría los roscones de la suerte, las tazas de vater con fruta escarchada, en cantidad morrocotuda.

Me cruzo de acera. Acelero. Diez minutos más allá suena el móvil.

- ¿Qué es un password?

- ¡Hola! No me has dicho como te llamas.

- Barbas. Es que me piden un password y una tarjeta de crédito para vivir aquí. Y yo quiero vivir aquí. ¿Has comprado ya el roscón? Me dice un colombiano vecino de mesa que en double life no venden roscones. Igual es una oportunidad de negocio.
Cuelgo. Justo frente a mi, una panadería, no people, no double life. Un roscón de cera en la zona 3 de visibilidad, según las reglas del marketing y escaparatismo.

-¿Lo quiere con nata?

- ¿Lo sirve con Second Life? Es para mi amigo.

Ese tío, ahora que lo pienso, da el pego como rey Gaspar.

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3 de enero de 2007

I'd rather prefer to skip. Aunque mejor aún, las pellas consentidas.

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Las tardes sorpresa, como las pellas en el Insti o en la Uni, son uno de los referentes del placer.

Y hoy me ha tocado una de ellas. Tanta gente a esas horas de la mañana en el "laboro" me parecía anómalo. Pero es que disfrutamos de jornada con pellas vespertinas. Y yo sin saberlo.

Puro placer.

Debe ser uno de los motivos por los que cerca de 4.000 personas se han apuntado a una Opo a la Comunidad Extremeña, de Aux. de no se qué.

La jornada continua, con pellas incluídas, casi garantizada. El salario. Bueno, sabiendo que es el mismo prácticamente, que el de hace 10 años, ¡qué más da el salario!

Por el contrario, apenas lo han hecho 37 personas a un curro como secre bilingüe de Presidencia Multinacional, en Tres Cantos. Horario 9 a 19, con dos horas tontas para almorzar.

La curva de la normalidad del sentido común tiene su media cada vez más desplazada a la derecha, más alta, quiero escribir, que no más rancia.

Así que he aprovechado el momentum de la pella donada para saborear un bocata a la antigua, en un bar tradicional, de los que huelen a sudor y chorizo, de los que el bocata te lo sitúan delante de la cara con las dos rebanadas bocarriba y el contenido visible. Sin truco.

Acompañado de una cerveza y una revista, Emprendedores, donde uno de los artículos mencionaba las caricias como novedad de gurú y otro el worklove como la clave de la sabiduría espiritual de los trabajadores del conocimiento. Los del Control+Alt+Sup y barra invertida o slash+ampersand y acute. Pena de lenguaje.

Entretanto, el camarero iba y venía con cajas destempladas, advirtiendo a los presuntos bogavantes, viandantes, con perdón, que se abstuvieran de solicitar cualquier alimento de los anunciados, salvo los de charcutería, porque:

-Das Küchen es ist geschlossen.

Que no lo ha dicho de tan buenas maneras, pero que ha quedado casi igual porque nadie comprendía la actitud que acompañaba a la advertencia.

Las caricias
, como las pellas, se desarrollan en un entorno tipo microclima. Y los trabajos tradicionales, con ser mayoritarios, no lo producen. Un microclima demanda de otras variables.

- Sólo hay para comer charcutería.

- Pero, ¿podemos pasar a las mesas del fondo?

- Como poder, pueden, pero están todas llenas.

Se marcharon. No, no apedrearon la puerta con algún cascote de la T4 de Barajas, porque ya casi no quedan. O porque no disponían de uno como recuerdo de su paso por Madrid.

- ¡Perdone! Que si me cobra y que si la media lubina me la envuelve para llevar. Que es que me ha dicho Toñi que prefiere comérsela luego y...

- Pues es que yo desde la barra no llego con los brazos a la mesa. Cuando venga el camarero se lo diga.

- ¡Señor! ¿Me da un café sólo y me cobra cuando pueda?

- Así da gusto, responde, dándose la vuenta como si una pluma acabara de acariciarle la nuca. O una mano.

- Parece que baja la actividad.

- Con todos estos, ¡menos mal! Porque vaya gentuza.

- Es que vendrán de ahí enfrente [un hospital] la mayoría y claro.

- ¡Ya! Pero es que yo no les he metido al familiar ahí adentro. Que me tiro 11 horas aquí dentro cada día y encima no me lo pagan.

Primero son las pellas. Luego las caricias. De la pasta, no me hables hoy.

El worklove es un concepto que no acabo de entender. Al menos en la mayoría de los entornos que conozco es difícil que sobreviva. Mejor, las pellas. El skipping. Dónde va a parar.

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1 de enero de 2007

Never is too late. Don't you?

Junto con una invitación para abonar no sé cuantos euros al mes por disponer de mi CV bien visible para los jíbaros, head hunter en inglés, me encuentro con otra invitación para acceder a los contenidos de una revista que en formato papel debe andar por los 150€ anuales. A 18€ el ejemplar, que ¡por supuesto! incluye publicidad.

Hoy, precisamente, ahora, cuando llevo unos meses de prácticas en una firma de consultoría donde no he visto un euro a fecha actual. Me pregunto ¿qué son las buenas prácticas de contratación y de trabajo?

Y me surge la pregunta al hilo de un estudio sobre las mejores prácticas de movilidad dentro de las empresas españolas.

Curioso que necesitemos mover a las personas, de su territorio, sus relaciones, para disponer de una especie de mano amiga allende los mares, velando por el negosi.

Mejor que se vaya el dueño. Es lo que pienso. Si el ojo del amo engorda al caballo, debería ser propietario, el adalid, cualquiera de los que se atiborran de monedas quienes abandonen sus cosas y seres más queridos.

En otro caso, mejor contratas a alguien de aquel país y le encargas el cuidado de tus cosas.

Todos los directivos, y no sólo del de Recursos Humanos, tienen que asumir la responsabilidad de implicar a los trabajadores en el devenir de la empresa. Actualmente hay una cierta tendencia a distanciarse de los objetivos de la organización a la que estamos ligados. Existe un recelo observable entre los trabajadores del conocimiento que tiene que ser vencido con la práctica de un liderazgo eficaz. Ya dijo Drucker hace años que los jefes tienen la facultad de organizarse de la forma que estimen oportuno, pero siempre que traten de descubrir los puntos fuertes de sus colaboradores para sacarles el máximo partido. Crítica de la Gestión Pura: El reto del Neomanagement. (El título y encabezamiento de un artículo de la revista carísima)

Lo fascinante de la dirección empresarial es que vendemos -y nos venden- cursiladas, día sí, día también, con el propósito de engañar a las personas que hacen posible los escandalosos emolumentos de aquellos que desean que nos vayamos a la Conchinchina a cuidar del business. Del suyo, quería decir.

En una época donde las comunicaciones son excepcionales, tu casa se puede ver en la pantalla del ordenador y el taxista novato puede llevarte a la mal denominada calle del último polígono industrial, resulta chocante que necesitemos largar a la gente, contra su deseo y voluntad, a cualquier lugar.

¿Cuál es el valor añadido de una joven con un portátil a la espalda en, digamos, China, para dirigir el hotel de no se quién? ¿Y el de una mujer de 38 años que chapurrea en inglés continental -ese que llenamos de latinajos porque desconocemos el termino real- con los propietarios del restaurante de estilo gallego en el que cena, mientras piensa en cómo cerrar el trato con los informáticos neozelandeses que dirigen el chiringo indio dentro del que se responsabiliza del área de Marketing Hispano?

No me gusta la movilidad. Apenas conozco a unas cuantas personas que les guste. La mayoría de quienes laboran lejos de su territorio desean volver. Están allá, acá, por compromiso. Todos quieren volver. Así que mejor nos dedicamos a repensar cómo es posible hacer las cosas sin cabrearles. La movilidad destroza cualquier expectativa de continuidad.

Porque, curiosamente, las compañías continúan creciendo, generando empleo y modificando las condiciones de los que se quedan, mientras el expatriado, desplazado o alejado confía en volver y que le recompensen por el esfuerzo. Pero al regresar, pocos recuperan la tranquilidad añorada.

Me acuerdo de la época en que desde la oposición le gritaban al presidente: ¡Váyase, señor…!

Hoy la frase ¡Movilícese, señor...! Estaría más en sintonía con el neo management.

Aunque no seré quien diga nunca. Ahí afuera puede haber mejores oportunidades. Perhaps.

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Bonito y nuevo año

Ahora, que los restos de hoguera apenas alcanzan a refulgir en tus pupilas dilatadas.
Que el pábulo y las pavesas avanzan inexorablemente hacia el nacimiento de un hito, el 2007.
Es ahora que entro en este año.
Como la mayoría de nosotros.
Felicidad para todos.
Sea que significa lo que fuere.
Happy New Year.