26 de febrero de 2006

Labor social en Prensa. Anuncios y RSC. Anda ya.


Una red de 30 y tantos proxenetas es mucha red.

Controlaban la existencia diaria de las mujeres, jóvenes todas ellas. Tenían cuadrantes y escandallos.

Calculaban el precio medio del servicio, en función de las horas y días.

Auténticos especialistas de las expectativas de compra, los hábitos de los consumidores y el flujo de caja. El martes, na de na, el miércoles remonta algo, el jueves, la bomba. Dos por uno, pero el primero a precio de festivo.

De todos los cabrones y cabronas del grupo, el líder tenía nombre y apellido en la Prensa, Gheorghe Danutt. Esta gente controlaba la prostitución en el polígono Marconi, de Madrid, bien conocido en esta ciudad por las protestas de los vecinos, hartos de desescombrar condones y de tapar los ojos a sus hijos para cruzar el parque o la calle sin tener que darles explicaciones sobre lo que hacía aquel señor o aquella señora.

Pero la red andará pronto por ahí, si no todos, algunos, porque la justicia, que es ciega pero no siempre, llegó a no considerarlo como delito, en el sentido que todos nosotros pensamos que debe serlo. Para ello exige que se demuestre coacción, engaño, y algunas necedades más. ¿Cómo coño se demuestra la coacción?

-Sí. Soy puta, porque estos me han obligado.

-No es suficiente. Debe demostrarle a este Tribunal que ha existido coacción.

Un extracto de esta sentencia aclara el tema.

"Ya no es delito el mero hecho de cooperar la prostitución de una o varias personas mayores de 18 años, incluso aunque exista aprovechamiento económico, como aquí ocurrió. Ahora se exige, cuando de mayores de edad se trata, que exista alguno de los referidos cuatro vicios de consentimiento que recoge el art. 181.1 CPn.: coacción, engaño, abuso de superioridad o abuso de una situación de necesidad."

Otro extracto explica lo que no se entiende.

"Cierto es que tal conducta, conocida como "proxenetismo" resultó despenalizada en la redacción inicial del C.P. de 1.995, atipicidad o despenalización de la que se hizo eco el T.S. en varias sentencias".

Afortunadamente, corrigieron la errata legal con posterioridad.

"Sin embargo por la L.O. 11/2.003 de 29 de septiembre se ha modificado el art. 188-1 C.P. añadiendo un último inciso que dice: "En la misma pena incurrirá el que se lucre explotando la prostitución de otra persona, aún con el consentimiento de la misma".

Y estos son los más inteligentes de la clase. Dan miedo. Con ese lenguaje no se puede pensar normal. El lenguaje influye en nuestro pensamiento, de hecho es el pensamiento, tal y como lo conocemos.

Por eso, por ejemplo, el tiempo en distintas lenguas significa cosas distintas, por eso unos pueblos tienen una conciencia de sí mismos y del mundo distinta de la de otros, por eso se imponen los idiomas universales en la globalización: Mismo lenguaje, idéntico pensamiento.

Joder, con estos. Ahora que me doy cuenta, si es verdad lo del pensamiento...

Estos jueces, que acaban de quitarse a sí mismos un sistema de incentivos a la productividad, porque no les gustaba -"vamos a crear uno mucho mejor"-, esa raza de seres humanos que le hicieron la vida imposible a Lula en Brasil, cuando decidió rebajar sus prebendas -el salario más indecente de toda Sudamérica, que se cobra incluso durante la jubilación, cerca de 5.000€- y que en este país pueden ponerle la proa a cualquiera que no sea de su gremio.

La endogamia produce más tarados que el sueño de la razón.

Las chicas prostituidas y secuestradas por los proxenetas del inicio, podrán obtener la nacionalidad, es decir, vivir como gente de primera división -pobres y a punto de bajar a segunda, pero con un DNI en la boca- si testifican contra ellos.

Desmantelan algo, signo evidente de su existencia. Y tienen que declarar las víctimas. No lo entiendo. Either Curiosity kill the cat or... alguien necesita relatos antes de dormirse. ¿El juez? Who knows. Así que miras una sentencia y luego otra, y apenas se parecen. De hecho pueden ser contrarias, ying y yang que no comulgan. Porque al leerlas descubres que alguno tiene muy poca idea de lo que está escribiendo y, con satisfacción, comprendes que por una vez no eres tú, sino los endogámicos.

Bueno, es la Prensa quien se hace eco de estas noticias, por ello nos enteramos.

Pero al mismo tiempo la Prensa hace caja con la prostitución. Me refiero a los anuncios por palabras, no a que el director de un medio ingrese sus honorarios por felaciones y puntadas diversas, en la sección de Facturación y Cobros, segunda planta, área de Contabilidad.

En El Pais del pasado sábado, he contado -que también son ganas las mías, joder- 14 columnas de anuncios dedicadas a publicitar este negocio. Muchos de ellos sólo muestran un teléfono móvil como identidad. Y se anuncian mujeres jóvenes de todas las nacionalidades. ¿Sólo lo sabemos los lectores de prensa? Anda ya.

Una de las columnas contiene 31 anuncios. La longitud de los anuncios es variable, un anuncio contiene 20 palabras mientras que otro tiene sólo dos.

Bueno, ¿Cuánto cuesta poner un anuncio?

Hay anuncios que no son por palabras, son cajas de 350*350 mm. Incluyen una foto y texto en diversos formatos. Lo denominan mini módulo. Lo más económico es un anuncio de hasta 10 palabras, aunque incluyas menos te cobrarán ese número.

En el ABC, el que a buen seguro leía el banquero del opus dei que falleció ayer, 1,69 € -que he pensado al ver el redondeo de los números que estos cerdos tienen casi menos perdón que el proxeneta- y 2,15€ si lo emitimos en domingo.

En El Pais 1,15 y 1,47€ en los mismos casos.

En La Razón, 1,52 y 1,88€.

Vamos, que es mejor publicitarse en el ABC o incluso en La Razón, porque los de misa pagada son más puteros.

Si escribes contra algo, deberías pensar de donde vienen tus ingresos. Si continuas convencida de que tienes razón en perseguir un modus vivendi que atenta contra lo que opinas que ha de ser una sociedad democrática, da un ejemplo, mínimo, PERO NO ME ANUNCIES PUTICLUBS ILEGALES EN TUS PÁGINAS, PORQUE ES PARA COLOCARTE UNA BOMBA FÉTIDA EN LA RECEPCIÓN, UNA DE ESAS QUE DURAN COMO UNA CONDENA. UNA BIEN GORDA. QUE SE DILUYA POR EL SISTEMA DE REFRIGERACIÓN CON UN SONIDO FÉTIDO ¡PSSSSSSSSSSS! Y OS EMBRIAGUE LA MAÑANA DE TODOS LOS LUNES DE VUESTRA EXISTENCIA.

-Yo no he sido jefe, que he venido cagado desde casa, porque me han atracado en el ascensor, antes de pisar el portal.

-Yo tampoco he sido, porque cené te y galletas, ando ligera como una nikeair.

-Habrá sido el de la sección de relax. Que ha leído un post en un blog de esos de mierda y s'a cagao. Que le van a quitar el curro este. Es lo que me ha dicho. En la cantina.

-Si, ya, con la cantidad de pasta que nos entra.

-No te creas, apenas unos miles cada día. No nos cubre ¡Uy! ¡perdón! Eso, que no nos da ni para pagar el servicio de limpieza.

-¡Coge el teléfono!

-¿Siiiii?

-Bueno, aquí no es, pero se lo haré llegar a los de la agencia. Como un favor. ¡Dígame el texto!

-¿Y los datos de su tarjeta?

-De acuerdo. Así que son 20 palabras, en formato palabras normales, miércoles y domingo, ¿Cierto?

-Pues entonces son, a ver 1,69 por 20 más 2,15 por 20, total, más el 16% de IVA, 89,09 euros. ¿Yo? ¿Qué dices? No, no, yo no. Si eso, pregunto por aquí y ya le llamo. Vale, te llamo. Ciao.

-¿Que quería?

-Poner un "por palabras" en una sección nueva. Que a ver cómo la abrimos. Joer, como ha empezado el lunes.

-¿De qué sección hablas?

-No se. Pero es que el texto exige una sección nueva.

-¿Y qué dice el texto?

-"Tú madre será santa, pero tu, director de mierda, eres un falso. Ojalá te entre urticaria con cada felación de pago". ¡Andá! pues no le he cobrado por 20 y son 21 palabras. Verás como al final tengo que abonar el resto yo en la agencia.

-¿Y lo vas a publicar? Porque el Dire se va a poner de una hostia.

-En primera página además. Aquí lo publicamos todo. Fíjate como será que estamos en el punto de mira de los de Transparencia Internacional.

-Por cierto que me ha preguntado que si alguien le hace una de esas por 90 euros, redondeando.

-Pues ahora no, la verdad. Si eso que llame a partir del día 15, que es cuando ya han terminado de pasarme los recibos y un empujón para terminar el mes nunca viene mal.

-Vale. Pero un empujón. ¡Tú lo has dicho, luego no vengas con lo de que no te puedes sentar, José María!


"Y ahora, vas y lo cuentas, falso, que eres un falso".

Por cierto, 4,9 € la línea en La Vanguardia. Mínimo dos líneas.

Que digo que también los chicos de can Barna están empalmados todo el día o les pica el culo.

Sí hablo de chicos, porque lo de la prostitución y lo de la violencia son cosas de hombres, como está demostrado.

Unos 47.000 euros diarios en anuncios.

30% para la agencia, más o menos, 24.000 a 30.000 diarios, a precio de ABC, por publicitar lo que están tratando de erradicar por otro lado. Menos el IVA, por 365 días unos 9 millones anuales, por arriba. Bueno, dejémoslo en 8,2 M/€, por lo de Cuaresma. De la prostitución, directamente. El ABC. Si calculas para el resto de la Prensa, a un 20% menos...

Como dice quien yo conozco: A otro perro con ese hueso. La doble moral se generaliza.

20 de febrero de 2006

Con todo lo que he hecho y puedo hacer... despues

En la foto, un grupo de piadosas testigos de lo que aquí se narra.

Ref: Gestores Comerciales. Banca de particulares. Especialidad originales EMEA.

Estimada seleccionadora de personal:
Me permito remitirle un CV actualizado, en la confianza que sea de su interés, a fin de poder establecer contacto personal y labrarme un futuro acorde a mis capacidades y competencias, así como responder a sus demandas de personas de mundo, con iniciativa, asertividad frente al cliente, capacidad de adaptación a situaciones difíciles y rapidez en la solución de problemas, asi como en la ejecución de alternativas.

Aunque mis estudios no son formales, estrictamente académicos quiero decir, pienso que cubro en gran medida sus requisitos con la experiencia adquirida.

Si, fruto de su diagnóstico -previsto tras celebrar una entrevista-, existieran dudas ciertas sobre mi preparación, estoy dispuesto a realizar cualquier programa de actualización que presuma conveniente para garantizar mi triunfo en esa entidad, a la que tanto aprecio, tras los valiosos servicios prestados en el pasado por sus empleados.

Si por alguna circunstancia estimara a bien someterme a prueba, estoy en condiciones de trabajar part-time y quarter wage, a salario cruel, en sustitución de aquellas personas colaboradoras de la entidad con las que existan compromiso de conciliación de vida personal y laboral. A mi los horarios, en principio, no me preocupan. Y si hace falta trabajar hasta las 22 horas por el bien de una madre o de un estudiante de 47 años, se hace y punto.

Deseando fervientemente que este mi CV despierte, si no su interés, al menos su curiosidad, se despide de usted:

J.S.R.H. 39 años de edad. Y dispuesto.

Objetivo profesional

  • Trabajar en una entidad financiera que me permita crecer profesionalmente y poner a su disposición mis competencias personales, en un entorno de exigencia, disciplina y reconocimiento económico.
  • Salir de aquí, donde me encuentro, con la cabeza bien alta y demostrarle a la sociedad lo que valgo.
  • Hacer crecer su entidad a fuer de publicidad gratuita y hard work.
  • Llevarme algo a cambio, ¿No?
  • No aburrirme como cualquier oficinista de esos que tienen ustedes, aunque los oculten en cada uno de los advertisements, spots o cuñas, de la tele, tele-prensa o radio, broadcasting, con los que encandilan las voluntades.
Experiencia profesional

- Febrero 1995-Febrero 2006.

Profesional liberal en finanzas personales.
Experto en transacciones internacionales. Banca de particulares, principalmente. Merchbanking operations -ocasionalmente-, con empresas del sector construcción, hostelería y turismo; fundamentalmente especializado en el sector financiero: Traspasos de cuentas y demolición de finanzas personales sin asegurar por la entidad.

Principales logros.


Crecimiento constante de la cartera de clientes desde mis inicios, con especial impacto en los mercados del interior de Castilla y la Costa Blanca. Incursiones por Aragón y Andalucía oriental, zona humedales y secano, Jaen, Málaga y Almería, indistintamente.

Incremento continuo de la cuenta de explotación de particulares:

Subrrogación de C/C y C/A entre entidades, operaciones de crecimiento irregular de mi activo, especializándome en débito, operando en el mercado de crédito vía adquisiciones y operaciones a plazo (basicamente, tarjetas Corte Inglés, Carrefour y Todo a 100 y más).

-Entre 1997 y 1999 he de mencionar la especial incidencia que mi labor profesional tuvo sobre los mercados del tocomocho, nazareno,estampita, inspector de hacienda al habla, time sharing telefónico ("t'a tocao el viaje, dame tu número de visa que te lo apaño rápido para que se pueda subir por las paredes también tu pareja... cuando se entere"), confundidor del mercado de utilities (luz, agua, gas, teléfono, con y sin credenciales) y descuido en parkings y zona de descanso. También visito hoteles y a domicilio.

Principales logros.

Ávila, Baeza y Getafe, entre otros vecindarios y pedanías, no permiten que siente mis reales por allí, debido a mi habilidad para acabar con la competencia del que adopta las medidas de seguridad y de quien emite las advertencias al populacho. Pero algún día... volveré.

-Desde 2001 hasta 2003, tras una temporada de excedencia forzosa, que aproveche para perfeccionar mis conocimientos de edición e impresión sobre Quark Press, Imaging y Photoshop 7.0, asi como profundizar en mis conocimientos del portugués, catalán y guiri generalista, me incorporé a la multinacional de profesionales liberrimos con sede en Valladolid -cuna de los fundadores y escuela de carteristas- y sucursales en Londres, Tchecheschi Republik, Istambul y Paris.

Me especializé en transferencias bancarias worldwide, tratamiento de la información e info-docugrafía ornamental: Maquillaje y fotografía, firma rápida o signing skills y biografía creíble -mayormente, cuento.

Principales logros.

En esta etapa tomé participación en la gran apertura de las operaciones de esquilmado seguidas de estupefacción que brotaron como hongos entre los emigrantes que conocieron de mis servicios. Me especialicé en los mercados Mediterráneo -Marruecos, Algeria y Mauritania-, países subsaharianos -Senegal y Ivory Coast-, la Amazonia y sus lindes -Ecuador, Colombia y Perú-.

-Desde finales de 2003 hasta principios de 2006, como resultado de la fuerte implantación de Internet y el mercado de la operaciones vía wire y wireless, adopté el inglés como vía principal de comunicación, depurándolo al spanglish, al objeto de acercar la oferta comercial al comprador /cautivo/incauto target.

Principales logros.

Profundicé en el mercado institucional y Merchbank Transfer Operations, en hospitales, habitaciones desangeladas, office y zonas de descanso de personal, vestuarios y zona de handling. Ocasionalmente, aeropuertos, comisarías de enorme queu -cola de aquí te espero- y transporte público de cercanías, mayormente.

Méritos, diplomas, condecoraciones y logros personales.

-Dispongo de dos apartamentos y cuatro casas rehabilitadas en la zona del Alenteixo portugués, un apartamento de soltero -que no lo estoy- en Torrevieja y una huerta en el Vall del Vinalopó.
-Cuentas a nombre de terceros -que no sos vos, que soy yo- en Mar del Plata, Barbados y Tampa, Florida.
-Dos coches marca Mercedes, matrícula de Bucarest y Pristina. En vías de tránsito.
-Un time sharing premium beach line en Tenerife, Marzo - Abril, mayormente.
-Retirement plan, 401 k personal y personalidad jurídica (desde el año 2003 soy propietario y adminsitrador único de un chiringo de asesoramiento financiero que declara pérdidas, usease, minusvalías, en Vietnam).

Habilidades:


-Persuasión.
-Adaptación a las circunstancias ajenas.
-Resistencia a la frustración.
-Habituado a entornos multiculturales.
-Capacidad de aprendizaje.
-Gestión y explotación del conocimiento tácito.
-Creatividad y gestión de la innovación.
-Idiomas.
-Don de gentes. World influenced and charismatic citizen.

Conocimientos:

-Productos de banca de consumo y universal, tanto tradicional como nuevos medios y canales.
-Contabilidad y Finanzas.
-Derecho Penal, procedimental, mercantil y más.
-Operativa contable y back office bancario.
-Informática a mucho más nivel que un usuario.
-Gadgets diversos: Cortaplumas, imanes, comunicaciones, escáner, lazo liberiano, mini cámaras en cajero, de todo un poco.
-Documática e infografía.
-Idiomas. No, eso ya lo he escrito antes.

Hobbies:

-Deporte, siesta, lectura y escritura hasta el 2008.
-Antes, brisca y dominó, andar en moto ajena y las guiris pa bailar.

Dirección de contacto:

Soto del Real, sin número. 28770. Madrid. Acuse mis iniciales del comienzo de esta carta. Aquí me conocen bien y me aprecian.

PS: Thalasos no se ha inventado prácticamente nada. Este chico está detenido tras 26 reclamaciones judiciales, pegar palos por todo el territorio, manejar documentación falsa, crear las falsificaciones él mismo, hacer transferencias a su nombre y a otros con documentos económicos "sustraidos", estafa, descuido en hospitales, bla, bla, bla. Este hombre es un máquina. Cabrón pero inteligente como pocos. ¿No hay curro pa este? Nos va a hundir cuando salga.
Me parto. Sociedad pueril. Y yo hecho un crío. También.

18 de febrero de 2006

Pablo:Que tinguin bon viatge avui fill meu!


-¡Ya es la hora! Vamos, que tienes que desayunar algo, vestirte y salir de viaje. Qué emocionante. Tu primer viaje de trabajo. Y a Valencia, nada menos.

Me agité, confundido por las luces de unos ¡Quinqués! y las dos sombras femeninas que reconocí de inmediato. Mamá y mi hermana. Una tercera permanecía detrás de ellas, aunque sobresalía claramente por encima de sus cabezas, un humano -si es que lo era- de tamaño 50% de producto gratis.

-¿Estás bien, Pablo, hijo? ¡Ay, qué mala me he puesto cuando me han dicho que te morías! Me he acordado del pobre señor Antonio, el de Molins de Rey, que se atragantó con un huesecillo de pollo y le tuvieron que hacer una trasoctomía de esas allí mismo en el comedor, sobre la mismita mesa, que apartamos las escudelles de puchero maragato, que acababa de cocinar la señora Mercedes, que Dios tenga en su gloria.

-Y toda aquella sangre sobre el pan. Que no tuve por menos que pedir perdón al Señor, porque pensé que me volvía a tocar salir a comprar el pan, con el mal tiempo que hacía, esa tormenta, todo lleno de relámpagos, mira si se me pone la carne de gallina sólo de pensarlo. Qué mala, qué mala era, porque en lugar de considerar que el buen hombre la estaba diñando, egoísta de mi, sólo pensando en la sangre sobre el pan y la escudella enfriándose, que luego, bueno inmediatamente recordé que había un paquete de 100 gramos de mortadela sevillana, que había comprado mi tía Martica para los bocadillos del lunes, que recuerdo ese día como si acabara de vivirlo, que era Domingo y en misa habíamos cantando, porque la de 11 era cantada, las otras no.

-¿Será cierto que cuando somos mayores los recuerdos se hacen más vívidos? No, es que ya lo he contado muchas veces.

-Pero claro, que la mortadela sin pan no es lo mismo, y mientras el veterinario que había venido a comer invitado por mi tía, en agradecimiento a la ayuda impagable que nos había prestado, bueno, a mi tía, porque yo era muy pequeña, con la pobre vaca que traía el ternero atravesado, que ellos no nacen de cabeza como nosotros, bueno los veterinarios supongo que sí, sino de patas y pueden desgarrar a la vaca y...

-Pero bueno, ¡Qué toro! Es enorme, hijo. No los había visto así desde las películas de Gary Cooper y el otro, ese tan guapo, medio rubio, ¡Alan Ladd! Bueno, que esas las veíamos en blanco y negro, pero yo sé que era medio rubio. ¿Y tú?

-¡No exageres, mamá! Venga, Pablo, que Norberto ha venido para ayudarnos a llevarte a casa y así te aseas, que si no puedes, él te ayuda, y desayunas unos copos de avena y un poco de polen y propolio, y te tomas unas pastillas que nos han dado para ti. ¿Estás bien?

La imagen de un hombre sobre una mesa con la garganta abierta, roncando por la falta de respiración y rodeado de niños hambrientos me provocó una sensación que creí era parecida al éxtasis, pero que en seguida reconocí como una punzada de hambre.

Intenté incorporarme y me maree. El tal Norberto me alzó como a una pluma, caminó por el patio, seguido por mi hermana y mi madre, que seguía narrando la anécdota de su infancia, cambiando puntos conocidos aquí o allá, incorporando nuevos protagonistas y recreando su pasado en aquel pueblo catalán.

Por la calle la gente se volvía para mirarnos.

-¿Cogemos un taxi, Norberto?

-¡Tómenlo ustedes, señoras, que yo prefiero caminar. Apenas en media hora les deposito al chico este en la misma casa, se lo lavo y se lo desayuno y en unos cuarticos de hora se lo devuelvo impecable.

La posibilidad de que el enorme negro me duchara me llevó a intentar bajarme, haciéndome sentir como aquel día en que me llevaban a urgencias, por el mismo medio, pero en otros brazos, en los de mi abuela.

-Bájeme Norberto. Ya seguimos andando los dos, si eso.

-¡Eso sí que no! Tenemos que salir para Valencia en un par de horas. Así que mejor se me va despertando entre los brazos, así cuando lleguemos a su domicilio se me pone de pie, yo le ducho en un santiamén y nos ponemos en marcha.

Confiaba en que nadie me reconociera. Estábamos en pleno centro de la ciudad. Los coches se detenían para dejarnos cruzar. Dos policías se acercaron a Norberto y al verme a mi, tapado con una manta, con una zapatilla en un pie -no sé quien me la había colocado- y el otro descalzo, desnudo bajo la manta, que iba arrastrando por la acera, carne a la intemperie, se pusieron a caminar delante de Norberto, tocando el pito y agitando los brazos.

Cada vez más deprisa, al llegar al parque del Retiro echaron los tres a correr, los dos policías sin fuelle, congestionados, el pito ya no les sonaba, apenas un jadeo, como si respiraran por la boquilla. Los brazos, más que ordenar el tráfico, les servían para tomar impulsos, como dos niños a la carrera. Su amabilidad me dejaba perplejo y me compadecía de ellos. Bueno, de mi. Tan egoista como mamá en el relato de su infancia.

Cuando llegamos a la puerta de casa, mi madre, que ya había llegado, se acercó a los policías.

-Les digo que tomen este dinero, y que desayunen un café y una tostada. En casa de Andrés las hacen muy ricas, a la andaluza, con manteca colorada y luego les darán un vaso de agua bien fresquita. Como allí abajo, en Granada. O en Jaen. Venga, señor guardia, no sea usted vergonzoso.

Los dos guardias se alejaron, no sin dar las gracias antes. Porque detener a la señora por intento de soborno a la autoridad no tenía sentido. Mi madre es así y si no la conoces, acabas por hacerlo a los dos minutos. Nada puede oponérsele. A veces pienso que el mundo es como es porque mi madre se lo ha propuesto.

Subimos a casa por las escaleras, porque al entrar en el ascensor, me golpeé primero en los pies y luego en la cabeza. Cuando estaba dentro de la cabina, por más que me abrazaba a Norberto, los pies se quedaban fuera. Mi madre y mi hermana empujaron la puerta, hasta que se me escapo un grito de dolor. Me había crujido el tobillo. Asi que Norberto decidió que sería por las escaleras.

El vecino del tercero, al ver al enome negro y yo en sus brazos salió a nuestro encuentro y espetó:

-¡Qué fuerte! ¡Qué manera de destaparte, acabas de destrozar el armario Pablo! Tienes que presentármelo. Este ejemplar puede dejarme rota. ¡Qué gusto, María Santísima! ¿Porqué me gustarán tantos los morenos?

Aprovechando mis pies, Norberto apartó al vecino y fue cuando noté, por el dolor, que me había hecho un esguince, porque dolía. Un esguince yendo en brazos de alguien. Una bobada más, otro accidente fortuito. Entramos en casa.

-¿Dónde le dejo al cachorro, señora?

-Póngalo en el sofá, Norberto, gritó desde la cocina, que estoy preparando el desayuno.

Me dejó en el sofá y tapé mi desnudez con la manta, llena de barro y húmeda. Me puse de pie, sobre un sólo pie y a la pata coja fui subiendo las escaleras hasta que llegué al cuarto de baño.

Sonaron golpes en la puerta.

-¿Tú quieres que yo te ayude, mi hijo?

-Ya me apaño, gracias. Había cerrado la puerta con pestillo por temor a que el moreno se colara y pretendiera fregarme con una esponja o un cepillo de raíces. Salí de la ducha reconfortado conmigo y con la humanidad. Me vestí y me puse una tobillera de mi abuela, de cuando se cayó en la calle y se dobló el tobillo. Venía de familia el cristal de los huesos del pie. Me calcé una botas de montaña y bajé al comedor. El desayuno estaba servido.

-Cómetelo todo y tómate las pastillas.

Un bol de cereales, tres magddalenas y un café con leche.

-Nos tenemos que ir, señora.

-Tomar, estos bocadillos para el camino.

Uan bolsa de las que ella prepara. Seguro que había hecho dos bocadillos para cada uno, a lo que habría añadido fruta, queso, companaje, un cuchillo y dos servilletas qeu tendrían que viajar con nosotros hasta Valencia y luego volver.

Mi madre no usas servilletas de papel. Dice que son una porquería. A saber dónde las han fabricado y si con las manos limpias. Mi hermana no usa servilletas de tela. Por el mismo motivo. A saber qué labios y qué narices se han paseado sobre ellas.

Salimos de la casa.

-Cuídate mucho, Pablo. Y no te olvides de tomar las pastillas. Norberto, le hago responsable.

-Descuide señora.

Así que me vi subiendo a una furgoneta destartalada aparcada en la esquina de la calle. Xuan se nos acercó con un saco de tela y unos documentos en la otra mano.

-¿Estás mejol, Pablo? Tienes que complal estas etiquetas en Valencia. Y también entlegal estas muestlas que van en el saco, en la fáblica de Buñol. Son cueldas defectuosas. Huelen a cholizo. Así que ha habido un ellol. Nos han enviado cueldas de Campoflío, no cueldas de muñeca. Las etiquetas son pala envialas a Filipinas.Tú ya sabes que cueldas de Valencia son mejoles. Bueno, aquí tienes 600 eulos. Pide factula pol tles mil. Ellos ya lo saben. Factula a nomble de Tiziano. ¿Te acoldalas? Bueno, los datos están dentlo del saco. Buen viaje. Volveléis pasado mañana.

Se acercó a la ventanilla del conductor, habló algo con Norberto, en chino, porque no entendía nada. Norberto aprecía un oriental hablando en esa lengua.

-Bueno, chico, pues ya nos vamos.

Puso una emisora de música y anuncios colombianos. El sol estaba muy alto. Hacía calor. Me miré las manos. Me di cuenta que lelvaba una camisa qeu no era mía. Una camisa floreada, con un broche. Lo reconocí enseguida. El broche predilecto de la abuela. Habría dormido en mi cuarto y colgó su blusa en una de las perchas.

Buen contraste las botas de boy scout con la camisa. Sólo me faltaba un gorro de pescador y unas gafas de espejo para que me confundieran con el hijo negro de Norberto.
Valencia nos espera.
Bueno, Buñol.

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15 de febrero de 2006

Pablo: Decoupage y melancolía


El calor me irritaba la nariz.

Tal vez no se tratara de la temperatura, sino del hedor a cuadra que me inundaba las pituitarias. Ahora mismo sentía cierta confusión al pensar sobre ellas.
Era incapaz de pronosticar si se trataba de la pituitaria roja o de la amarilla.

Gracias a la discriminación entre sus funciones, había obtenido muy buena nota en un examen de ciencias naturales, pero tampoco recordaba en qué año sucedió. Finales de Secundaria y principios de bachillerato se mezclaban en mis hemisferios. Bueno, en mi hemisferio derecho, en donde la zona de…

Una escoba tupida y húmeda me dejo sin respiración. Recorrió mi rostro, desde la barbilla, el hoyuelo, hasta las legañas.

El hedor de la escoba me transportó al lugar de las sombras, las escombras, como llamábamos de pequeños, mis amigos y yo, a la cuadra del señor Matías, el vecino de la tía Clarisa –que no era mi tía, sino la vecina de Tomás, el marido de una amiga de mamá, una casa en la que veraneábamos de pequeños.

Una mujer rotunda, derrochona de jabón y latones, zarcillos, pulseras y esclavinas de tobillo, abalorios color rubí y madreselva, abéñula verde, desde los párpados hasta las pestañas y pinceladas a brochazo, de carmín.

Barahúnda de feminidad. Ruido en el rostro.

Pese a la imaginación, al trabajo extra que la zona visual de mi cerebro, en conjunción con mi sistema límbico realizaban, su fruto no aplacaba la extrema sensación de asco.

La misma que había sentido aquella jornada en la que, siendo niño, apuramos en la recogida de “cigalas mordedoras de tierra”, enorme apelativo con que se referían a los espárragos en casa de la tía.

Al finalizar la jornada y tras lavarnos en unos bacines de porcelana metálica, los pequeños y en una alcuza reciclada los mayores, invitó a todos a merendar y cenar –aunque no sucediera ni lo uno ni lo otro- en sus dominios, una construcción en bloque de granito, a tres alturas, siendo la planta baja el refugio de las bestias, como llamaba la tía a los cerdos.

En su fealdad cultivaba el atractivo del olor a jabón “me lo hago traer de Francia”, solía decir y el tono verde en los párpados que enmarcaban sus grandes ojos, como una promesa technicolor, secretos que habrían disfrutado y que a 20 centímetros podían mostrarse a un niño… hasta que entramos en la casa y nos anegó el olor a purines, junto al sonido del agua hirviendo y las tostadas en el electrodoméstico de diseño.

Mancia, la señora que cuidaba de la casa, con cara de pocos amigos y vestida de doncella de película, cofia y delantal blancos, bordados en azul, ejercía labores de contramaestre de campo, capataz o cómo se denominara a una señora dominanta en aquellos tiempos de mi niñez.

¡Ah! El olor a cuadra…

-Parece que ya está bien. Respira menos agitado. Y además tiene una erección. ¡Seguro! No, me refería a que ya está bien. ¡Tú que crees, María! No combatiremos por el pequeñín, mi cielo. ¡Aunque visto así, yo si me lo haría! Después de la experiencia de mi tercer marido, el chico sería para mi pan de coco al amanecer. ¡Qué bochinche estoy armando! Ayúdame a empujar a don Tristán el Amargado de acá. Pues que este toro es lo que parece, mismamente, Don Tristán. Por los ojos melancólicos.

El olor remitió, la escoba se apartó de mi rostro. Abrí un ojo. María, Magda y un par de orientales faenaban con el buey toro o lo que fuere aquel ejemplar, alejándolo unos centímetros de mi testuz. Un lametón me obligó a cerrar el ojo entreabierto, mientras pensaba que mis pocas espinillas habrían desaparecido para siempre, junto con los millones de escamas de piel con las que se estaba alimentando el animal.

Recordé lo que me había pasado, el intercambio que había protagonizado con el pez globo. Y estuve cerca de dormirme de nuevo. Con un esfuerzo abrí los dos ojos. Vi una botella de suero o algo parecido, unas gomas transparentes que desaparecían bajo la manta que me cubría -¡Qué calor!- y el espacio que ocupaba en la vivienda del toro. Apenas un rincón, bajo unas tablas que hacían la función de baldas, de las que sobresalían unas cuerdas, como las que suelen ayudar a rematar los embutidos.

Junto a las tablas que sustentaban las baldas, unos barriles de cerveza, una caldera de latón, similar a las estufas de chimenea y un acuario enorme con peces globo. Me sobresalté.

-Estás bien, ¿veldad?

La hermana de Xuan, con su cara pegada a la mía, parecía preocupada.

-Bien, yo estoy mejol, digo, mejor. Bueno, bien.

-El veneno de pez fugu es casi siemple moltal. Xuan te ha ayudado mucho.

-¿Xuan? Me ha curado él?

-Bueno, ha venido un médico, dos, tles médicos y una ¿azafata? Tles mujeles que elan médicos y un noble fuelte que te tlajo en sus blazos hasta el salón.

-¿Noble? ¿Qué quieres decir?

-Parece que ya estás bien, ¿eh? María cayó sobre mis piernas, rozó mi erección y se fue acercando hasta mi rostro, compitiendo por el espacio con la hermana de Xuan, con…no recuerdo su nombre. Quizás no era eso lo que ocurría, porque en mi intento por mantenerlas dentro de mi campo de visión, cada ojo se dedicó a una de ellas, provocándome ambliopía y deseos de cerrarlos otra vez, para evitar que se fundieran en una, dos disímiles de cómo en verdad eran.

-Hoy dormirás aquí, no puedes moverte. El veneno aún puede estar en el cuerpo.

-Pero Juanita –recordé su falso nombre- dice que Xuan me ha curado.

-Sí, amor, Xuan ha hecho lo que sabía. Preparar el futo o comoquiera que se llame, extraer el veneno de tu brazo con el mismo cuchillo, clavarte un par de agujas en los testículos y llamar al médico, cuando Marga amenazó con sacudirle.

-¿Agujas? Dejé de moverme, por instinto.

-No te preocupes. Te las cambió de sitio cuando se marcharon los doctores.

-Y, ¿dónde las tengo ahora?

- Marga las puso junto a los calcetines. Dice que impiden no se qué. Como si se tratara de una toma de tierra. Evitan la formación de interferencias en el flujo sanguíneo o algo así.
Imaginé toda la humanidad de Marga hurgando con sus grandes manos para desenredar las agujas de entre… no, era incapaz de imaginarlo. Al menos ya no formaban parte de mi ser.

Estaban en tierra.

-Tu mañana descansal aquí y luego noble venil al mediodía y subilte a casa, a tú casa.

-María, ¿Quién es noble?

-No se llama así, se llama Norberto. Norbe. Es un transportista amigo de Xuan y de Marga, casualmente, que ayudó a moverte hasta aquí. Entró justo cuando llegó el servicio de urgencias. Un buenazo, que está buenísimo, Pablo. Bueno. Que nos tenemos que ir. Mañana sirvo mi primer catering. Descansa y mañana estarás mejor.

-¡Adiós! Varias voces, con distintos timbres, casi en diversos idiomas, se despidieron al mismo tiempo. Alguien apagó la luz. Oí claramente el movimiento de las patas del toro, olí su aliento y noté el latigazo de su lengua, esa escoba que me descamaba la faz como una limpieza de cutis, un decoupage, estilo híbrido.

Soñé que mi tía Clarisa le ordenaba a Mancia que sirviera café y tostadas a los cerdos. Y que estos aparecían, de la nada, sentados en el sofá, junto a la chimenea. De cerca el olor a purines se diluía en el aire. Vencido por el derroche de jabón francés. Vencido por el sueño y el dolor del brazo.

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10 de febrero de 2006

La nana de la equis


El debate religioso, como el debate sobre cualquier idea está siempre abierto.

Lo que apenas se abre a debate es el empleo de la institución religiosa como arma política. Alma e intereses al mismo nivel. Cada gobierno actúa expresando intereses colectivos pero defendiéndolos con la connivencia de algunos intereses particulares.

Una decisión tan simple como separar las realidades es imposible de adoptar.

Porque el poder es omnímodo, aunque muestre diversas caras. Su propia estructura, sus maneras, son perpetuas. Una ascensión en escalera, ancha abajo y estrecha en las alturas. Una ascensión al cielo. Pocos los elegidos. ¿Casualidad?

Toda la evolución humana, desde la constitución en grupos hasta la dispersión de estos y el reencuentro, persigue la modificación de esa norma.

La democracia imperfecta sería el último escollo. La red la podría perfeccionar en el futuro. La red es la estructura que adoptan los sistemas . Todos sus elementos, sus nodos idénticos. Células musculares, neuronas, planetas, estrellas, redes. La diferenciación entendida como el camino que los demás pueden seguir hasta el siguiente hito, cualquiera que sea.

Sin embargo, todas las formas de poder se enrocan para impedir que la red alcance perfección en cada uno de sus nodos. Son antiguas. Y no lo reconocen.

Todos los tipos de poder se apoyan en la interpretación de lo que ha de ser la especie. Para ello tratan de establecer lo que ha de ser cada individuo. Y para tomar las decisiones adoptan sistemas de previsión erróneos.

Como el científico que falsea los resultados en busca de un objetivo de orden superior al de la verdad para su cabeza, los poderes falsean la realidad en busca de un objetivo superior para la suya.

Y sin embargo, el pensamiento mágico le desaparece a una criatura humana a los pocos años de su existencia, salvo que se le mienta. La lucha contra él es el objetivo de la vida humana. Basta con mirarnos. Es fácil comprobarlo en nosostros mismos.

Es curioso, como ejemplo, que en las misiones primero sea la misa y luego el alimento. La bolsa de subsistencia se entrega al final de la ceremonia (eso dicen los reporteros del articulo sobre la vida en un estercolero de las afueras de Mexico DF, en el que existe una misión de Ayuda en Acción -EPS, domingo 3-2-2006). Como recompensa por el esfuerzo y la sumisión al credo.

Un científico actuaría justo al revés: Primero les daría de comer y luego les llevaría a misa. Así conseguiría estabilizar la muestra. Primero lo primero, ¿no? Otros credos emplean este método, así que no soluciona lo anterior. La servidumbre al poder.

En general, primero hay que dar de comer, luego dejar que piense la gente. Si primero dejas que piensen, la falta de glucosa impide la adopción de estrategias racionales. Con el estómago vacío andamos como locos.

Aunque algún sujeto afirmó que el hambre agudiza el ingenio. Hubo otro que afirmó, más correctamente, que el estómago vacío impide pensar. El primero, católico. El segundo, marxista. ¿Mal visto? ¿El marxismo? Bueno, mal visto el efecto que tienen las fórmulas que emplea el poder, independientemente de la ideología que subyace. Porque Guantánamo está en Cuba, pero no he oido acusaciones sobre aquel régimen a propósito de ese presidio.

Hamas debe hacerlo así también, porque funciona desde antiguo. Une la comida con la ideología. Pero de derecha a izquierda, pr diferenciarse de los otros. Primero alimenta a los palestinos, luego pide el diezmo en forma de martirio. Israel militariza a los suyos durante un período de tiempo cada poco tiempo. Así los mantiene en alerta. Otro diezmo.

La coincidencia de las prácticas de los monoteismos con las del poder son aterradoras. Y poderosas. La mayoría de científicos americanos son creyentes, 7 de cada 10. ¿Qué investigan?

Una parábola.

Cuando los prohombres asisten a una celebración similar en la puesta en escena a las de carácter religioso (¿casualidad?), las medidas de seguridad superan con creces las necesidades reales para cubrir los riesgos predecibles. Se acumulan guardias por doquier, se enajenan propiedades privadas adyacentes al lugar, se impide la circulación habitual de bienes y personas.

Aunque el riesgo no se minimice. Los magnicidios de hecho son fáciles de cometer en esas circunstancias, porque suplantas los componentes de un sistema por los de otro. Pero el sistema permanece más o menos estable. Donde circularían x paisanos o puntos con una trayectoria predecible aparecen y paisanos con una impredecible, que puede también ser asumida por un x impostor. El que va a matar. Sea x un comando, un individuo o bien un grupo de y exógeno a la conducta esperada en ellos.

En su afán por controlar la conducta errática de los x, el común de los mortales, el impulsor de la existencia de los y crea unas condiciones de vida y pensamiento para los x que les aleja de su trayectoria natural continuamente, tratando de encerrarles en un plano convexo, del que tratan algunos x de huir.

En su trayectoria, los x alborotados, fuera de su trayectoria natural gravitatoria, saltan sobre los x que la aceptan, formando un sistema que algunos de los y más especializados se aventuran a interpretar, transmitiendo sus conclusiones al impulsor de la existencia de los y.

Con esa información, se acentúan las decisiones adoptadas sobre los x, que andan en gran medida fuera de su órbita natural, precipitándose en su movimiento centrífugo contra aquellos que andan en una elipse centrípeta que les permita alcanzar el centro.

Los y de entre los y más especializados inician, diversas maniobras de análisis y acumulación de evidencias que faciliten la toma de decisiones del impulsor de los y. Al ser menos ellos, los y, que los x, por decisión del impulsor, los y aceleran el procesamiento de los datos, a fin de acumular evidencias dispares en un período de tiempo más corto. Con ello provocan la precipitación de un mayor numero de x hacia el centro del plano convexo, excitando el movimiento centrífugo de los x que intentan escapar de la concentración a que se ven sometidos.

La acumulación de x en unos puntos del plano no ha conseguido, pese al esfuerzo, la redución del número de x en otros puntos del mismo, sino lo contrario, consecuencia de la agitación. Aparecen x alterados de sus trayectorias por todas las áreas del plano convexo.

Los y más especializados siguen acumulando evidencias sobre el deterioro de las parábolas que dibujan los x, pese al esfuerzo que realizan para monitorizar el movimiento de estos.

El impulsor se desespera y organiza otra gran ceremonia... de la que son apartados los x porque su trayectoria es impredecible, sustituidos por los y, entre los cuales se puede colar algún x que atente contra el impulsor o cualquiera de sus y.

Como algunos cientificos, algunos religiosos, algunos y en general, el impulsor jamás piensa en estabilizar el plano, dejando que los x se sitúen sobre él. Prefiere seguir agitándolo.

Para que las ceremonias permanezcan estables. Para seguir justificando la necesidad de agitar el plano.

Para controlar las cuartas reservas de petróleo del mundo, por un miserable precio de 3000 x, unas cuantas hogueras sobre la superficie del plano convexo agitado, más varios cientos de millones de x en peligro.

Es curioso que uno de los y del otro lado del atlántico afirmara en el período de preguerra que una de las consecuencias de la misma podía ser la rebaja del precio hasta uns 20$ por barril. Que en la actualidad se encuentre a 65$, aproximadamente. Que a ese precio los emporios del crudo estén dispuestos a explorar más allá de los miles de metros en los que pinchan la tierra y el mar hoy en día. Que el Emperador hable de reducir la dependencia de las reservas actuales -que ya controla, evidentemente-. Y que el petróleo se siga nominando en dólares y no en euros.

¿Es posible que alguien piense que no podemos vivir sin menos petróleo?
Entonces es que no ha aprendido nada sobre la historia de su propia especie. Es un y. Uno de esos que ha plantado tecnologías e industrias obsoletas en China, India, Filipinas, que contamina sus ríos y mata a sus gentes. Que les vende cigarrillos con más alquitrán y nicotina, que...

De todas maneras, el impulsor de los y mantiene el pensamiento mágico de que jamás de los jamases un nutrido número de x serán equivalentes a un y.

Especies distintas. Peras y manzanas. Aunque yo de pequeño, conocía una especie de manzanas que tenían el sobrenombre de pero. Crecían junto a un río. El de la sabiduría.

De esa ya no nos enseñan. Queda muy arriba en este plano, cada vez más cóncavo. O muy abajo. Según la perspectiva del plano y el espejo. Queda lejos del corán, de la biblia y más cerca de la propia naturaleza humana. De una misma. De cada persona. Cada x.

Cada vez hay más x. También más y que dudan de pensar como los demás y. Eso no estabilizará el sistema. Pero fuerza la convexidad, con lo que hemos de gastar menos energía en seguir trepando para no caer. Y nos será más fácil colarnos en la ceremonia. Esa ceremonia no se va a celebrar en paz, porque no debería convocarse. Los sistemas tienden al equilibrio, aunque sean inestables en su naturaleza.

Aunque ya están preparándose los poderes y las iglesias para el espaldarazo. La convexidad les da la energía necesaria para seguir creyendo. En la escalera. "De la tribu de Lehvy, 12.000..."

7 de febrero de 2006

Ich bevorzuge umziehen nach Dänemark


"En el origen el ser humano creó a dios, a su imagen y semejanza. Y el ser humano le dio diversos nombres y consideró que podría ser el dominador sobre todas las especies, a medida que se le pareciera. Transcurridos 7 millones de años, el ser humano descansó, observó a su dios y vio que era bueno.

Y se decidió a crear a Aqualung del polvo de la tierra, y asimismo otras miríadas de seres parecidos. Y todas estas especies menores fueron moldeadas en el vacío.

Incluso apartadas de los de su clase. Y entre todos ellos destacó a cristo..." [todo el texto es una tradución libre de la contraportada de Aqualung (la parte cristiana no la traduzco... por falta de espacio mental), uno de los discos que, de escucharlo más asiduamente, provocaría la retirada de la mayoría de infumables cantautores actuales, de Bisbal, a los Estopa o Salif Keita, Madonna, o bien la condena al ostracismo de la madre del prófugo que hace como si rapeara, para mantener la higiene mental de la población y la dignidad de Pitágoras y la música y la caricatura como arte... pero eso es una mera opinión, como tal criticable. Censurable, menos. Naturaca.]

Como la polémica sobre los dibujos.

A mi no me gustaría regir mi vida, por lo que afirman que dijo Mahoma.
Ni regirla por lo que queda del libro llamado Corán, si es que existió un original alguna vez.
Ni regir mi vida en función de lo que se afirma fueron las palabras y la personalidad de Cristo -que necesitaba prozac y tratamiento contra la anorexia, por ejemplo y como poco -de sus delirios, catalogados en el DMS IV no hablemos, por no ofender a quienes, mostrando síntomas equivalentes pero menos constantes, a lo largo de su existencia, son rechazados por la sociedad desde la mera aparición o sospecha de los mismos. [es mi opinión, naturalmente]
Ni por lo que afirma el Pentateuco, base de la Thorá judía.
Una patraña de la que el derecho romano huyó mientras pudo.
Ni por la Biblia. Ni por sus truculentos y periodísticos evangelios llamados Nuevo Testamento, versión abc, vanguardia y pais de la presunta vida del maníaco que se suicidó a los 33 años. Del último de los cuatro, sólo recuerdo que abandonó la medicación.

Y mucho menos que se mate en su nombre. En cualquiera de los nombres de los héroes y dioses que alimentan las cabezas de las víctimas, las nuestras, a mayor gloria del poderoso terrestre que heredó el turno de otro poderoso.

Porque la inmortalidad, la ganaremos a golpe de bisturí, no de fustas cristianas, musulmanas o judías. Salvo que consigan darnos con ellas a todos.

Y mucho menos que se le niegue el pan y la sal al dibujante, mero ganador de un concurso ideado por un jilipoyas nacido en Dinamarca y de profesión iluso mercantil y editor de prensa.

Yo también dibujo caricaturas.

De hecho, yo mismo soy una caricatura:

-De lo que pedía de mi alguien en nombre de Mahoma.
-De lo que pedía de mi alguien en nombre del tal Cristo.
-De lo que pedía de mi alguien en su porpio nombre.

Yo formo parte de los que están a punto de empalmarse con la posible existencia de un décimo planeta, con la operación que otorga a un ser humano una nueva cara, con el último descubrimiento sobre el sida, con la paralización del virus y sus transformaciones, con la posibilidad de un motor de hidrógeno. Y con los sistemas de riego y agua potable para todos, sea Murcia y su campo de golf, Etiopía y su no campo de golf, o Medellín.

Yo soy humano.

Como el dibujante.

Y me gusta pensar que la religión es el opio del pueblo. Una frase que merece ser tatuada en el alma de los hombres. Yo al menos la llevo ahí. Para que no se me olvide.

Aunque al dibujar, los dibujantes daneses se olvidaran de lo que dibujaban.
El hemisferio derecho no ve lo mismo que el izquierdo. De hecho, el izquierdo prácticamente es ciego. Pura intuición. Voto a Chavez, voto a Bush, voto a, perdón aguanto a Abdullah, voto a, perdón, aguanto a... Cada voto de estos o de los otros es un automatismo, un instinto. La masa es ciega, el grupo de individuos no.

Yo apoyo a Dinamarca como pais y democracia occidental. Y de ser mujer, viviría en Dinamarca.

Por mera intuición.

Pues eso, que prefiero moverme a Dinamarca que a otro lugar más Santo.

Por la marihuana de Christiania, mismamente. O por la paz.

5 de febrero de 2006

Irresponsabilidad social.


Cuando veo los índices de pobreza y la esperanza de vida de las personas, me pregunto cuáles son los valores que permiten mantener este estado de cosas. Qué hay detrás de los salarios escandalosos, las comisiones no conocidas, las prácticas oscuras, tanto en el mundo de la empresa como en el de la Administración. Mientras crece el despilfarro y los ingresos de parte de la población a costa del esfuerzo de otros, a una gran parte de la misma se la mantiene en los límites de la pobreza, con una esperanza de larga vida que desde luego no les consuela, porque las cosas para ellos simplemente van a peor.

Desde hace algunos años las empresas se han lanzado a producir memorias de responsabilidad social, donde recogen datos que prueban su voluntad de trabajar por la sostenibilidad, que vaya término, fruto de una traducción precipitada de sustainability.

En ese documento que realizan, de RSC o CSR, según el idioma, puedes obtener información de los bosques que ha habido que talar para realizar los documentos que emiten y lo que invierten en repoblación, para mitigar su impacto; lo satisfechos que están sus accionistas por la donación de no sé qué cantidad a no sé qué ONG, la labor social de su fundación para esto o aquello o el salario de los consejeros.

Lo que no suelen contar es la verdadera extorsión a la que someten a muchos de sus proveedores pequeños, que se ven en la obligación de descontar papel -facturas- con crédito y caución o cualquier entidad financiera, porque les pagan a casi medio año vista, o las subastas en las que se aceptan precios que no cubren, claramente, los costes del proveedor, si este cumple con la legalidad; ni las comidas de a 120€ el cubierto, ni el derroche salarial y de retribución en acciones. Ahí tenemos el famoso caso de Altadis, el paquete de acciones del Presidente de Endesa, o los honorarios de algunos socios de... son miles, así que no los voy a mencionar a todos.

En un artículo de TNYT, en el pais del pasado jueves, mencionan los salarios de algunos ejecutivos de empresas que están en la quiebra. Alguien lo justifica, claro, afirmando que es bueno que no se vayan...todavía.

Suena a maquillaje. Este país anda en el puesto 22 del índice que publica TI la ONG de transparencia internacional.

Pero conociendo el dato de las declaraciones a Hacienda –un número ridículo de declarantes con ingresos superiores a los 60.000 euros el año pasado, ¿dónde está la pasta?- sospecho que el índice que se nos adjudica es bondadoso.

Recientemente se han incrementado los análisis y publicaciones sobre el tema de la conciliación entre la vida familiar y laboral, estudios en los que destacan, sobre todo, aunque afortunadamente no son los únicos, investigadores vinculados al iese y su concepción tradicional de la familia: hombre, mujer, abuelos y prole numerosa. El resto no existe para ellos. Sólo mamás de buena clase y misa de 11. Junto con algunas administraciones se plantean el reto de transformar los horarios a fin de adaptarlos a los que rigen en las latitudes del Norte. Incluso se preguntan si podría trabajarse hasta las 16 horas o aplicar un 9 to 17, al estilo alemán o británico. Claro que en Berlín anochece a las 15h 30' y en Noruega se caldean las calles con calefacción. A ver qué cojones hacemos a las 20:30 en la cama. Fabricar su futura mano de obra, no te jode.

Como suele ocurrir, millones de personas que no trabajan en oficinas ni en la Administración, se quedarán al margen de las propuestas de mejora de la calidad de vida laboral. Entre ellos, gran parte de los contratados de la propia Administración. Que para eso son de segunda clase.

A veces tengo la impresión que quienes deciden lo hacen a espaldas de realidades sociales, tratando de casar lo que son deseos con situaciones más que abusivas. Así, mientras existen convenios colectivos con 1600 y menos horas anuales de trabajo, condiciones sociales extraordinarias y medidas de la actividad al minuto, para compensar con días libres o con dinero el “sobreesfuerzo”, otros rondan las 1900 horas anuales, mantienen tablas salariales de hace 20 años y tienen a sus esclavos realizando jornadas de 12 horas o trabajando a tres turnos y en condiciones próximas a las de la intemperie –desde los almacenes y plataformas que usan las grandes distribuidoras, hasta los trabajos extenuantes por el esfuerzo y asquerosos en cuanto a salubridad que han de ver con la limpieza industrial, el reciclado o mierdas similares, incluyendo la construcción, otro trabajo asqueroso y peor regulado, en el que quien coloca los ladrillos ha de soportar la plusvalía de hasta cuatro compañías intermediarias: la gran constructora, la subcontrata de confianza, el chiringuito que ha montado un sinvergüenza con la ayuda de un concejal primo suyo y la ett que “pone la carne”-.

No veo la igualdad por ninguna parte. Personas que jamás perderán su puesto de trabajo, como los jueces, por malos que sean, mientras hay gente con más de 100 contratos a sus espaldas después de apenas 5 años de vida laboral.

Al mismo tiempo se da la paradoja que pese a la búsqueda de la transparencia, la bondad y la ética para el trato con los seres humanos, apenas existen extranjeros en trabajos de calidad, mujeres en empleos tradicionalmente varoniles o una ética medianamente aceptable de contratación de personal.

Porque en todos y cada uno de los anuncios de empleo que puedo ver se discrimina por razón de edad, género u otro tipo de condiciones, independientes de lo que todos entendemos por cualificación profesional. Y ello pese a que es sencillamente ilegal, porque discrimina. O sea, qeu dicen en Serrano, que está prohibido ¿oyes?

Esta es una sociedad multimoral y un tanto farisea, donde al tiempo que se demanda una mayor permanencia en el empleo de la población activa, para cubrir las necesidades económicas de la sociedad, se prejubila a diestro y siniestro –hay un plan para sacar del mercado laboral a 25.000 funcionarios, prejubilados en diversas formas. De momento está en barbecho, pero saldrá en breve, veremos que sí-, se invierte una miseria en actualización de personas que están fuera del mercado laboral y se derrochan millones de euros en subvencionar a empresas que no lo necesitan, ignorando otros frentes. Por ejemplo, la mayor parte de las subvenciones en materia de formación las cobran grandes empresas.

Al final resulta que muchas personas disfrutan de una calidad de vida y un nivel de consumo próximos a los del americano medio –que adquiere 50 unidades textiles al año, desde bañadores hasta gorros, por ejemplo, o que tiene dos coches- mientras otro montón de millones de mileuristas las pasan canutas, no pueden preocuparse de ahorrar o se quedan sin vacaciones –un millón de madrileños no sale de vacaciones; imagínate el número de gallegos, extremeños o aragoneses que tampoco lo pueden hacer.

Creo que la transparencia es importante, la mejora de las condiciones también, y las ayudas públicas, desde luego.

Pero se tarda demasiado en adoptar decisiones que redundarían en el beneficio de la mayoría. Como serían un mayor control sobre las subvenciones a los ricos –que en la agricultura se lo llevan absolutamente todo, por ejemplo- o la ilegalización de los requisitos de edad, sexo, apariencia física o vehículo para trabajar. Si además se rebajaran las cotizaciones a la seguridad social, que son un auténtico quebradero de cabeza para los autónomos –más de 700 euros al mes si quieres emplearte por tu cuenta, como mínimo- quizás se movería un poco más la estructura social de pobres y ricos. Porque de los cerca de 8 millones de jubilados, la mayoría cobran una miseria. Y si dependen de ellos otras personas, la miseria crece, pese a los que digan que no es verdad, que se trata de pura exageración.

En la tv hablaban del incremento del desempleo en enero, el peor dato en muchos años, justo cuando se habla de que seguimos con un crecimiento económico formidable, aunque basado, eso sí, en el ladrillo –yo me voy a regalar un camión volquete para mi próximo cumpleaños, uno de esos metálicos a escala, en color amarillo. Por ir entrando en el negocio, que nunca se sabe.

Aunque en la comunidad de Madrid los datos sean "buenos" y provoquen euforia en las miradas de los opusdeistas seguidores de Gracián -qué asco le tengo a la obra de este jesuita, la verdad- y de san Pablo que nos gobiernan –que me da vergüenza ser madrileño, con estas gentes y ordalías de compaña- pese a que su gasto se ha disparado -la deuda por madrileño debe andar rondando los 600 euros, no está mal- andan jodiendo a la población con un montón de reformas pro vehículo privado –la cultura del moco, porque la mayoría de conductores se hurgan la nariz ahí dentro, cosa difícil de observar en el metro o autobús- y provocan que alguien les diga en una carta al Director: “Tengan en cuenta que yo, como otros muchos ciudadanos, no queremos que talen más árboles por nuestro bienestar. No se preocupen tanto, estamos bien como estamos (Irene López García, el pais, 5 de febrero).

Me gustaría salir a las cuatro de trabajar, claro, y ganar una pastizara, claro, pero antes de eso me gustaría ver que algunas cuestiones se abordan con firmeza. Porque si existe la capacidad para prohibir fumar, o cambiar los horarios de millones de personas por decreto, también se podrá aplicar a otras transformaciones más necesarias.

Claro que si alquilarse el piso a sí mismo para desgravar es legal, –lo hizo Piqué, un señor público- y colocar a los periodistas y amigos en la línea de salida también –las televisiones que le han regalado a un periodista de la Cope, los parlamentarios europeos sin especialidad conocida salvo su vinculación a algún partido, la sinecura del ex alcalde de esta ciudad, un cargo de 90 mil euros y chofer-, los cambios vendrán, como siempre, de la lucha por los derechos y las denuncias. Que estos sujetos no dan ni la hora, por temor de que les birles el Patek Philippe de 15.000 euros.

A ver cuando se inicia la próxima oleada de huelgas salvajes. La próxima, de prejubilados, jubilados y menores de 16 años, pobres. A ver dónde dejan a los niños estas señoras defensoras de la familia y el orden, cuando el abuelo ande con un casco de motorista y un bate zurrándole la badana al escaparate de la entidad bancaria en cuya fundación ejerce la pobre señora. Me encantará verlo. Porque protestar es cosa de pobres… casi siempre. Estoy de la doble moral del pais más católico de Europa hasta los huevos. Y eso que es domingo. Ya me temo al lunes. Bueno, pero me he queddo bien a gusto.

2 de febrero de 2006

Pablo: Glutamato y peonías


Retiraron las herramientas, las etiquetas y las muñecas. Acercaron sillas y Xuan y yo nos sentamos en la cabecera, cada cual en uno de los extremo.

Colocaron varios bol de ensalada, de esos grandes de Duralex, con sopa o caldo, en el centro de la mesa. Luego unos bol más pequeños, de cerámica, con motivos selváticos y mitológicos, unos plaqués con cerdo agridulce, bambú y setas, rollitos de primavera, y palillos para todos. No había bebidas sobre la mesa.

Observé a una china muy joven sentada a mi lado. Llevaba una cofia de la que sobresalían dos hermosas trenzas adornadas con lazos rojos en los extremos. Debíamos ser unas veinte personas. Nadie hablaba.

Xuan gritó algo y en ese momento todos los chinos empezaron a comer. Con el bol a la altura de la barbilla y la ayuda de los palillos, llenaban su boca de arroz, hasta que no les entraba un grano más; antes de tragarlo, se erguían hasta llegar a alguno de los bol del centro, los que contenían sopa.

Llenaban dos o tres cucharadas que sorbían con gran ruido, y tragaban todo sin masticar. Luego cogían algún trozo de comida de los plaqués, lo masticaban con la boca abierta y con mucho ruido de masticación y terminaban con un sonido ¡Ashhh matala Ashhh!

Desde mi situación, a la cabeza de la mesa, lo escuchaba todo en estéreo y a varias pistas. Xuan eructó y los demás le siguieron. Luego hubo risas estridentes, hasta que se inició nuevamente el ritual: arroz, sorber sopa, tragar, trozo de vianda, más ruído, ¡Ashhh matala Ashhh!...

Tomé arroz al igual que hacía mi compañera de mesa, tiré parte de la sopa sobre el mantel, y mastiqué la bola húmeda. Me sabía a avecrem, a glutamato. Me pasaría la tarde sorbiendo agua en el servicio, que ya había tenido oportunidad de visitar.

De repente, uno de ellos me miró y gritó algo ininteligible. Xuan se levantó, le metió los palillos en las orejas y le golpeó la frente con la mano abierta. El golpe fue tan fuerte que dio con el chino en el suelo.

Se volvió a sentar, me miró y dijo, sonriendo:

-Haz ruido al comer, para ahuyentar a los malos espíritus de la fábrica. Si no, ellos, los demonios menores del más allá se comerán lo de mañana. Nunca más comida. La ruina para la tienda y para todos.

Empecé a comer con un ruido soberbio. Los chinos sonrieron al ver cómo se me escapaba la sopa y el arroz por las comisuras y la barbilla, manchando la corbata. Una chica china se fijó en alguna de las posturas del Kamasutra que mostraba Donald en mi corbata, se echó a reir, se subió a la mesa y en compañía del chino que había golpeado Xuan, la imitaron sobre la mesa.

Al chino, con los movimientos de su pelvis, se le cayó al suelo uno de los palillos de la oreja. El otro permaneció en su lugar.

Cuando terminó la comida, trajeron unos lichis y unas nueces de esas caramelizadas y con gran ceremonial, me las ofrecieron. Comí con mucho ruído. Las risas subieron de tono. Cuando me metí el último de los lichis en la boca, gran parte de los chinos se levantó e hicieron desaparecer los utensilios de la comida.

Dos de ellos limpiaron la mesa, colocándose grandes mandiles sobre el pecho y deslizándose por ella con la ayuda de otros que tiraban de sus orejas y brazos al mismo tiempo. Con el tirón de orejas, movían los brazos como aspas, arrojando al suelo lo que había caído sobre la mesa. La chica china, junto con otras dos que se acercaron, recogían los trozos del suelo y los echaban en un bol.

En pocos minutos la mesa quedó recogida y sobre ella aparecieron nuevamente las muñecas, etiquetas y el papel celo del envoltorio.

-Tú empiezas ahora, me dijo Xuan.

Saqué la hoja de mi bolsillo, la tabla de números aleatorios, me acerqué a la china de las coletas y extraje una muñeca de una de las cajas, la número 22. Tiré de la cuerda y comprobé dentro de la galletita el idioma y el texto del papelito que contenía. Doblé nuevamente el papelito, lo introduje en la galletita de plástico, abrí el repositorio de la espalda de la muñeca y la volví a dejar en la caja. Seguí durante cuatro horas, sin parar.

Nadie hablaba, todo se hacía en silencio y a gran velocidad. De vez en cuando, el chino al que había golpeado Xuan se acercaba a alguno de sus compatriotas, le chillaba algo en chino, supongo, mientras le pellizcaba en la mejilla, tirando con fuerza del carrillo, hasta casi desprenderlo.

Durante las cuatro horas, más de la mitad recibieron esa reprimenda o advertencia. Así que ahora, que debían ser las nueve de la noche, muchos de ellos mostraba un gran moratón en el carrillo izquierdo. Siempre era el izquierdo. Un chino obsesivo o supersticioso.

En algún momento el chino guardián se acercó a la chinita de las coletas. Era una mujer preciosa. La bata con la que trabajaba, algo transparente, permitía imaginar una figura mareante. Su cara también era hermosa, con unos grandes ojos rasgados, unos labios rojos y carnosos, orejas pequeñas y frente recta, bajo la cual sus cejas tenían una regularidad excepcional.

¡Oh, no, Pablo! Más enamoramientos no. Y menos con una china. ¿Quieres que te maten con una katana?

El chino hizo amago de cogerla de un carrillo con una mano, mientras que deslizaba la otra debajo de su bata. Me acerqué y le dije, no sin cierto temor:

¡Déjala en paz! El chino me miró con odio y rabia y se fue hacia el otro lado de la mesa, golpeando a dos de los chinos que se encontró en su camino.

Ella me sonrió.

Me alejé de allí y fui hacia el patio, donde se encontraban los servicios. Sentía una sed enfermiza. Demasiado glutamato en la sopa. El estómago se me había convertido en una esponja de rada protegida. Lo sentía crecer, con un ansia infinita de agua. Aceleré el paso. Me di cuenta que caminaba muy deprisa pero que apenas adelantaba un pie delante del otro. Como una mujer de película china.

Me estaba dejando influenciar por esta cultura demasiado rápido. Hasta había pensado comer con palillos en casa, a partir de ahora. Al abrir la puerta y antes de entrar en el patio, observé como varios chinos observaban los pies de otro. Les mostraba unas botas blancas y brillantes, acharoladas.

Tenía un tupé a lo elvis y una cazadora vaquera, también blanca, a juego con el pantalón. Lo que les estaba contando les hacía mucha gracia. Se quitó una de las botas y se la pasó a uno de sus admiradores quien con los ojos tan abiertos como le era posible, hizo algunas reverencias delante del objeto, antes de pasarlo a una de las manos que al modo de un pedigüeño europeo, se extendían delante de él. También ellos se dejan influir por nuestroas maneras. Entré en el servicio y cuando terminé y salí, me encontré con la china de las coletas en la puerta.

-Señol Pablo, mi helmano Huan dice que usted ya ha telminado hoy. Que vuelva mañana a las 11 y que tlabajalá hasta las 10, como hoy. Que desayunalás con nosotlos.

Extendió la mano y me dio tres billetes de 10 euros. Me gustó que me tuteará al final de la frase.

-Tú vas a ganal tles de estos dialios.

-Gracias. ¿Cómo te llamas?

-Huan Li Tai. Pero todos me llaman Juanita. Glacias pol lo de antes. Pelo ten cuidado con Manolillo, él tiene mal calactel.

-¿Se llama así?

-Aquí en España sí.

Se marchó delante de mi. Yo la seguí, pero al llegar al almacén continúe hasta la puerta. Subía a casa y me abrió la puerta la abuela.

-¿Qué tal hijo? ¿Cómo te ha ido el día? Le di un beso y un abrazo.

-Bien, abuela, muy bien. Ya he empezado a trabajar para el Imperio Chino.

- Estarás cansado. Anda, sube y cambiate, que voy a preparar la cena. Alcachofas fritas, tortilla y salchichas frankfurt. Tú hermana ha traído una caja de trufas de chocolate para el postre.

Subí a mi cuarto, me quité "el uniforme" y me puse una bata corta, de seda, que había sido de mi madre. Era azul celeste, con un gran dragón en la espalda e hilos dorados en las mangas. Me gustaba mucho. Como hacía frío, me coloqué un gorro de montañero de lana gris, que me había tejido mi abuela. Como no sabía terminarlo en aquel entonces, tenía que doblarlo varias veces, para que no me tapara toda la cara como un verdugo. Me perfume con Denenes y bajé, justo en el momento en que sonaba el teléfono.

-¿Sí?

-Hola, Pablo. ¿Cómo estás?

El corazón me dió un vuelco. La voz de María estimuló mis neuronas.

-Bien. Acabo de venir del trabajo. Me han contratado en una tienda de chinos.

-¡Enhorabuena! Estamos por tu barrio y queríamos invitarte a tomar algo.

-¿Estamos? ¿Quiénes estáis?

-Marga, una amiga, y yo. ¿Te apuntas? Vamos a cenar a un chino.

-Bueno, ahora bajo. Dame 10 minutos.

-Te esperamos en el parque.

Subí al cuarto y volví a vestirme. Bajé como una exhalación los escalones y le grité a mi abuela desde la puerta de la calle.

-Guarda la cena que tengo que salir.

Siempre que salgo tengo que cenar al volver. Obligatorio. Mi abuela dice que demasiada hambre hay en el mundo, como para desperdiciar la comida.

Al entrar en el parque, dos hombres me sujetaron por los tobillos.

-¡Eh! ¿Pero qué pasa?

Tiraron de ellos hasta que me caí al suelo. Uno de ellos se sentó sobre mi pecho, haciéndome cosquillas en los sobacos. Empecé a reirme, no podía resistirlo, tenía espasmos en el pecho, por lo que el sujeto subía y bajaba como en el toro mecánico. Mientras el otro me registraba los bolsillos.

Luego me bajó la cremallera, me dió un mordisco ahí, que casi me arranca el pito, después gritó:

-¡Vámonos! y el que estaba encima se levantó y salió corriendo.

Cuando me puse de pie, una señora que me observaba se puso a gritar. Oí el sonido de un silbato.

Eché a correr, hasta llegar a la zona más tupida del parque. Me escondí detrás de un fresno, junto al lago. Me guardé el pito. Me dolía, así que empecé a caminar con las piernas muy abiertas. Los 10 euros que llevaba en el bolsillo habían desaparecido. Menos mal que dejé los otros 20 en casa.

Vi a María y a otra mujer sentadas en un banco que estaba iluminado por una farola. Me acerqué a ellas, sonriendo.

-Hola Pablo, dijo María, que se levantó y me estampó dos besos en la mejilla y una palmadita en el trasero.

-Esta es mi amiga Marga.

Marga era una mujer grande, muy grande, con unas enormes... y un enorme... Vestía con un traje africano, de esos que arrastran por el suelo, una pañoleta y encima de ella un sombrero mexicano, grande. Era negra. Pero no africana.

-¿Cómo estás mi amol? Dijo, mientras me abrazaba con fuerza. Su delantera podía cubrir a dos como yo durante el abrazo.

-Hemos salido un rato. Marga trabaja en la embajada de Santo Domingo. Me va a buscar un empleo como camarera para las recepciones. Bueno, más como recepcionista y organizadora. Para contratar los caterings de las fiestas, los camareros, igual te puedo contratar algún fin de semana. ¿Qué te parece?

-Vamonos a comel. Me muero de hambre, mi hijita.

No pude contestar. María se colgó de mi brazo. Marga del otro. Aunque en realidad, yo era el que iba colgado de Marga. Más de 1,90. Qué gran humanidad.

Salimos del parque y me llevaron a un restaurante, el Wok Cantón, en la plaza de la Independencia.

Cuando entramos, se dirigió a nosotros un chino sonriente... que resultó ser Huan. Los camareros y camareras del local eran mis nuevos compañeros de trabajo. Juanita estaba en la caja.

Nos sentaron en una mesa pequeña, decorada con cubertería y vajilla con motivos orientales, velas sobre patenas de ¿bambú trenzado o palma vietnamita ? y conos de incienso aromático. Las lámparas lucian bombillas de bajo consumo. Me agaché para mirar la marca de las mismas: Philips. Thailand. Todo muy globalizado. Hacía calor en el restaurante. Una hoja de cristal permanecía abierta, permitiéndonos observar un jardín interior muy cuidado, con una fuente ornada de guirnaldas y morteros de fuegos artificiales.

Dos niños orientales encendían bengalas continuamente, corriendo alrededor de la fuente, dejándolas caer en el agua, mientras tres ancianas orientales, vestidas con una especie de shari y sombrero de caña, de campesino, les perseguían con una escoba corta. A veces los niños se detenían para que las mujeres les pudieran azotar con suavidad, mientras ellos reían y aprovechaban la parada, encendiendo otra bengala.

La escena parecía extraida de un cuento de Paul Auster. Se abrió una puerta de madera, también de doble hoja, pero labrada y lacada, en color caoba. Aparecieron unos grandes cuernos, que me sorprendieron, sobre todo a la luz de las bengalas.

Pertenecían a un toro enorme, rojizo, de color jijón. Llevaba un gran arnés en el hocico. De él jalaban con fuerza algunos de mis comapñeros del taller; dos de ellos empujaban la grupa y un tercero, a gatas entre las piernas del morlaco, apretaba sus criadillas. Consiguieron que se moviera. Cerca de la fuente giró, arrojando a tres de mis compañeros contra las peonías, Uno de ellos rompió uno de los tiestos junto al aljibe del patio.

Xuan apareció de sopetón, pateó a alguno de los que habían caído, se dirigió al toro y le susurró algo en la oreja izquierda. Parecía que le comprendiera. Se giró y desapareció por donde vino.
Xuan se acercó a nuestra mesa. Las chicas no habían parado de hacer comentarios sobre la carta, los platos y el precio.

-Está buenísimo chica. OX beef. La concha madre de la carne. Melaza en la boca.

Miré el precio de ese plato. 85 €. Desde luego era la bomba. Recordé mi penuria. Cero "oiros", como decía mi abuela, desde su viaje a Alemania.

-Buey exquisito. Lo mimamos en España, con masaje y pienso biológico y veldes pastos de Asturias. Muy lico.

-Yo quiero. Y ellos también. Una ración para ellos dos y dos raciones para mi. Y vino de arroz. ¿Tú bebes vino, Pablo?


-Prefiero un vaso de leche fría.

Xuan sonrió. Terminó de anotar la comanda y salió por la puerta de cristal. Gritó algo y al momento apareció el toro, con los dos niños encima de su lomo, tumbados, mientras las manos acariciaban sus costillares.

-Mira, mira, que bueno, lo que hacen. Así es como preparan la carne. La masajean bien, a lo largo de su vida. Eso permite que la fibra y la grasa se fusionen, convirtiendo al animal en un verdadero manjar. Cuando prueben se darán cuenta. Ni una dureza ni una nervadura. Como si me comieran a mi.

No podía imaginarme a ese enorme toro descuartizado. Y menos para tres filetes.

Al momento aparecieron dos de mis compañeros de taller. Uno dejó sobre la mesa unas obleas de pasta caliente. Otro tomó un par de palillos y extendió una pasta grisácea sobre una de las tortas, ofreciéndosela a María, quien miró a Marga, que asintió. Y María me ofreció el bocado. Mordí, mientras cerraba los ojos, en un reflejo que a nadie pasó desapercibido. Los chicos chinos se rieron con llaneza. Marga aplaudió.

La boca me ardía. Todo era picante. Muy picante. Xuan apareció con una botella y nos sirvió a los tres. Me bebí el líquido de un trago. No era agua. Sabía fatal. Pero me alivió el picor. Cambié una sensación desagradable por otra.

Sirvieron la carne, en platos de bambú, adornados con diversas salsas.

-El plato tambien se come, dijo Marga, haciendo alarde de su conocimiento.

Mirándome añadió:

-Viví con mi segundo marido en Osaka. Cuatro años.

-Ya, pero este es un restaurante chino, ¿no?

-Mi niño, este es un restaurante oriental. Diseño y exotismo a partes iguales. ¿Te gusta, María? Contestó asintiendo, porque no podía hablar en ese momento. Marga devoraba su segundo steak cortando grandes trozos sobre el mantel, porque ya había devorado su plato. Yo comía como si no fuera conmigo. Recordaba el menú de la tienda y eso me provocaba espasmos de estómago.

-¡Thon zhi! Dijo Marga, con un acecnto cuidado. Me recordó al chino de los ojos semi cerrados.

Sentí miedo

-Es camarada, en chino. Verás cómo nos atienden de maravilla.

Xuan se acercó presto, con una sonrisa que mostró sus encías ennegrecidas por algún medicamento o por la enfermedad. Porque perder todos esos dientes debía ser fruto de una enfermedad.

-Thon zin, ¿Tienes pez globo?

-Por supuesto. Dió unas palmadas y aparecieron cuatro de mis compañeros. Habló rápido con ellos, salieron por la puerta de cristal y al poco regresaron con una pecera donde nadaban tres peces gordos como globos, con la cabeza pequeña y alargada. Parecían lampreas infladas con gas.

Uno de los chinos estendió unas hojas grandes sobre la mesa, al tiempo que otro de sus compañeros limpiaba los restos de comida y desenfundaba palillos. Los dos compañeros sujetaban la pecera rectangular.

Xuan se puso un guantelete de acero, metió la mano en la pecera y extrajo uno de los ejemplares, que se retorcía y lanzaba mordiscos. Al sacarlo del acuario resbaló sobre la mesa, aleteó y cayó sobre mi brazo. Apenas sentí el mordisco, aunque una parte de mi brazo se durmió inmediatamente.

Xuan atrapó al pez, sonrió y dijo:

-Tranquilo, tú no molil hasta dentlo de 20 minutos. Mientlas podel aplecial la calne de fugu. Si el te savolea a ti, tú tienes delecho de hacel lo mismo. Con un pequeño cuchillo, le separó la cabeza del cuerpo, lo abrió y le arrancó la espina.

En ese momento me desmayé, añorando el sabor del glutamato, el avecrem, tan natural.


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